Río de Janeiro tiene un significado especial para mí. Fue el primer viaje fuera de Chile que hice después de muchos años y el primero con mi ex pareja allá por agosto de 2008. La cosa es así, varios años más jóvenes, no teníamos los medios con los que gozamos ahora, por lo que nos embarcamos en un vuelo de Gol (que nos costó un par de chauchas) con eternas escalas en Buenos Aires y Sao Paulo, así que después de casi 8 horas, recién llegamos al aeropuerto de Galeao.

Pues bien, como primer viaje que hacíamos, con cero experiencia y planificación, en el mismo aeropuerto buscamos un taxista que nos recomendara algún lugar donde alojar. Fue así como dimos con un pequeño departamento en Copacabana, donde pasamos nuestras primeras tres noches en la ciudad.

En ese entonces, la “Cidade Maravilhosa” me sorprendió por su particular geografía, marcada por enormes contrastes. Y es que el perfil de esta ciudad, como muy pocos lugares en el mundo, está salpicado por altas montañas, gigantescas extensiones de bosque tropical, acantilados rocosos que se levantan abruptamente desde el nivel del mar y, por supuesto, por la Bahía de Guanabara con sus magníficas playas.

LOS 20 LUGARES QUE NO TE DEBES PERDER

COPACABANA

Ya instalados y bastante cansados después del largo viaje, salimos a comer algo y nos dormimos temprano para reponer energías para el día siguiente, cuando lo primero que hicimos fue recorrer Copacabana, quizás uno de los atractivos turísticos más reconocibles de Río de Janeiro, una playa que se extiende a lo largo de 4 kilómetros, entre el Fuerte de Copacabana y el Morro de Leme, y en la que hay cinco “postos” o sectores, sitios en los que se pueden comprar bebidas, comida, helados y hasta toallas para la arena.

Es que no resulta exagerado decir que la playa de Copacabana es la playa más famosa de Río e incluso de todo Brasil, punto de reunión para cariocas y turistas, donde la imagen de su famoso paseo, conocido como la Orla de Copacabana, obra del arquitecto y paisajista brasileño Roberto Burle Marx, es reconocible en cualquier parte del mundo.

Y aunque la era dorada del barrio de Copacabana y su playa fue durante las décadas del 40 y 50, cuando se convirtió en punto de encuentro de ricos y famosos gracias a sus elegantes clubs, casinos y hoteles, la playa de Copacabana aún sigue de moda.

Pero además de la playa, Copacabana tiene otros sitios que puedes visitar, como el Fuerte de Copacabana, de 1914, donde actualmente funciona un museo. También merece la pena conocer el histórico Copacabana Palace, que sigue siendo uno de los hoteles más lujosos de Brasil. Y claro, si tienes la posibilidad de pasar un fin de año en Río de Janeiro, no puedes dejar de participar del Revellion de Copacabana, considerada una de las fiestas más importantes del mundo, que se realiza en la playa.

Sabías que el diseño del empedrado del paseo marítimo, uno de los símbolos más conocidos de la playa de Copacabana, fue construido en 1970 con calcita blanca y basalto negro importados de Portugal y es una copia del que adorna la Plaza Rossio en Lisboa.

PAN DE AZÚCAR

Después de almorzar en un restorán de la Avenida Atlántica, caminamos hasta la zona de Botafogo y luego hasta el barrio de Urca, donde se encuentra el Pan de Azúcar, una colina de 396 metros de altitud, que es otro de los símbolos de la ciudad.

Aquí tomamos el “Bondinho”, un teleférico que parte de playa Vermelha haciendo una primera parada en el Morro de Urca, a 227 metros de altura, donde se puede visitar El Cocuruto, una exposición relativa a la historia de los teleféricos; y la Plaza de los Bondes, una pequeña explanada en la que se exponen los dos modelos anteriores de teleféricos que subían al morro. Además, aquí se halla el Espacio Bahía de Guanabara, un área gastronómica que reúne restoranes, tiendas y kioscos, con vistas panorámicas de la ciudad y un helipuerto desde el cual se puede tomar un tour en helicóptero.

Una vez que recorrimos la Colina de Urca, tomamos el segundo teleférico hasta la cima del Pan de Azúcar, desde donde se obtienen las más espléndidas vistas de Río de Janeiro, especialmente si es un día soleado: la Bahía de Guanabara; las playas Leme, Ipanema, Copacabana, Leblon, Flamengo; el centro de la ciudad, el Corcovado, la Floresta da Tijuca e, incluso, la Ilha do Governador.

Pero aparte de ser uno de los mayores atractivos turísticos de Río, el Pan de Azúcar es un lugar clave en la historia de la ciudad porque fue a sus pies donde, el 1º de marzo de 1565, se fundó la ciudad de São Sebastião do Rio de Janeiro.

Asimismo, merece la pena saber que la historia del mundialmente conocido Bondinho do Pão de Açúcar se remonta al 27 de octubre de 1912, cuando se inauguró el primer tramo del teleférico que une la playa Vermelha con el morro de Urca, convirtiéndose en el primer teleférico de Brasil y el tercero en todo el mundo, y situando a Río de Janeiro como un foco de atracción turística internacional.

Ojo que también existe la posibilidad de subir hasta el Morro de Urca caminando por una trilha (ruta) de unos 45 minutos. Sin embargo, es importante saber que igualmente tendrás que comprar los billetes del teleférico en playa Vermelha para cruzar hasta el Pan de Azúcar.

Sabías que aunque no se sabe con certeza de dónde proviene el nombre Pan de Azúcar, la teoría más aceptada señala que fue dado por los portugueses entre los siglos XVI y XVII, quienes comparaban la forma del morro con la de los “pãos de açúcar” (panes de azúcar), unos bloques de azúcar de forma cónica, hechos así para transportar más cómodamente este producto a Europa.
Av. Pasteur 520, Urca / Metro: Botafogo (líneas 1 y 2)
Lunes a domingo: 8:00 a 19:50 horas
Bondinho: Billete general: R$116 / Billete acceso rápido: R$216 / Niños, estudiantes, discapacitados y mayores de 60 años: R$55
https://www.bondinho.com.br/

CENTRO

La mañana siguiente, después de tomar desayuno cerca de nuestro apartamento, tomamos el metro hasta la estación Cinelandia para recorrer el centro histórico de Río, la parte de la ciudad que primero se pobló con la llegada de los portugueses a principios de 1565 y donde se levantaron los primeros edificios coloniales.

Sin embargo, fue con la llegada de la corte portuguesa a la ciudad cuando se construyeron muchos edificios públicos, iglesias y elegantes palacios, teniendo como elemento central el Palacio Imperial, un monumental edificio que sigue siendo punto de referencia del barrio.

Pero la gran transformación del centro histórico se dio a principios del siglo XX gracias a la labor del prefecto Francisco Pereira Passos, cuando se demolieron calles enteras para dar paso a grandes avenidas que facilitaran la circulación en la ciudad. Fue en este período cuando se levantaron enormes y elegantes edificios, como el Teatro Municipal.

Es así como nuestro recorrido por el centro incluyó la emblemática Plaza XV de Noviembre, la gran explanada donde se encuentra el Palacio Imperial; el Palacio Tiradentes, edificio de estilo neoclásico que fue sede del Congreso Nacional mientras Río fue la capital del país; y por supuesto, la Plaza Floriano, en torno a la cual se ubican la Cámara Municipal, la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional de Bellas Artes.

También visitamos el Teatro Municipal, de 1909, y la famosísima Confitería Colombo, fundada en 1894 y que recuerda el estilo de las grandes pastelerías parisinas con su decoración estilo Art Nouveau.

Descubre el centro histórico de Río de Janeiro y Lapa con este interesante tour gratuito en español.

CATEDRAL METROPOLITANA DE RÍO DE JANEIRO

Posteriormente caminamos por la avenida República do Chile hasta la Catedral Metropolitana de Río de Janeiro o Catedral de São Sebastião, cuya peculiar forma piramidal llama poderosamente la atención.

Situada en el corazón financiero de la ciudad, fue construida por el arquitecto Edgar Oliviera Da Fonseca entre 1964 y 1976. Sus dimensiones impresionan: 75 metros de altura, 96 metros de diámetro, cuatro magníficos vitrales dispuestos del piso al cielo, y una capacidad para 20.000 personas de pie o 5.000 sentadas.

En su interior, el efecto de la luz natural es mágico a cualquier hora del día, gracias a que la parte superior del gigantesco cono está rematada por una enorme cruz transparente desde cuyos lados brotan cuatro coloridos vitrales orientados a cada uno de los puntos cardinales.

Av. República do Chile 245, Centro / Metro: Carioca y Cinelandia (líneas 1 y 2)
Lunes a domingo: 7:00 a 17:00 horas
Entrada gratuita
https://catedral.com.br/

LAPA

Muy cerca de la Catedral Metropolitana, recorrimos el barrio de Lapa, epicentro de la vida nocturna carioca, que agrupa bares, restoranes y discotecas, y donde incluso, los viernes y sábados, la avenida Mem de Sá y la Rua Riachuelo se convierten en peatonales, dando lugar a una verdadera fiesta al aire libre.

Pero Lapa no siempre fue una zona bohemia, ya que originalmente fue un barrio burgués, donde vivía parte de la sociedad acomodada del Río colonial e imperial. Testimonio de ello son los hermosos edificios que aún quedan en pie, en algunos de los cuales residieron personalidades ilustres como la actriz y cantante Carmen Miranda o los escritores Jorge Amado y Machado de Assis.

Con la llegada del siglo XX, Lapa inició su primera gran transformación, surgiendo los primeros locales nocturnos y cabarets al estilo francés, y hacia las décadas del 20 y 30, los locales con música en vivo ganaron presencia. Sin embargo, a partir de 1940, el moralismo impuesto por el gobierno de Getulio Vargas, sumergió al barrio en una decadencia que se prolongó durante las cuatro décadas siguientes.

El renacer llegó en 1982 con la instalación del Circo Voador, un gran local de espectáculos que marcó el resurgimiento del espíritu bohemio y nocturno que un día caracterizó a la zona. Actualmente, las calles de Lapa están abiertas a todos los gustos y expresiones artísticas, por lo que hay sitio no sólo para la samba, sino también para el bossa nova, el jazz y el rock.

Pero también hay mucho que hacer en Lapa durante el día, porque además de recorrer sus calles, se pueden visitar los Arcos de Lapa, un antiguo acueducto construido en 1774 para nutrir con agua a toda la ciudad, uso que culminó a mediados del siglo XIX, cuando se transformó en un viaducto para un tranvía eléctrico conocido como bondinho.

ESTADIO MARACANÁ

Un nuevo día nos llevó en el metro hasta la estación São Cristóvão, desde donde caminamos hasta el Estadio Maracaná, conocido popularmente como el “Templo del Fútbol” y que durante años ostentó el título de ser el más grande del mundo. Desde 1964 lleva el nombre de Jornalista Mario Filho, un periodista que fue el principal impulsor de la construcción de un gran estadio para el Mundial de 1950.

La construcción del estadio comenzó en 1948 y fue inaugurado un día antes del comienzo del Mundial, el 16 de junio de 1950, con una capacidad para 183.354 espectadores, según algunos, y de 155.000 para otros, aunque llegó a superar los 200.000 asistentes para el “Maracanazo”, la histórica final del Mundial de 1950 en la que Uruguay venció a Brasil.

Pero de cara a la organización del Mundial de Fútbol de 2014, el estadio sufrió su última remodelación y actualmente, el Maracaná puede albergar a 78.838 personas, en unas instalaciones mucho más cómodas, modernas y seguras.

Aquí hicimos una visita por las instalaciones del estadio, que incluyó un recorrido por el hall de la entrada, en el que hay un homenaje a quienes se consideran dos de los mejores futbolistas de la historia del fútbol brasileño: un busto de Garrincha, y las huellas de los pies de Pelé junto con la pelota con la que marcó su gol número mil; los camarines; y por supuesto, la histórica cancha de fútbol.

Ocho años más tarde, la noche del 5 de agosto de 2016, regresamos al Maracaná para la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos que se celebraron en Río, una inolvidable experiencia a la que le dediqué un post exclusivo y que pueden leer aquí.

Sabías que por el césped del Maracaná han desfilado las más destacadas estrellas del fútbol mundial como Pelé, Ronaldo y Maradona, pero también ha sido escenario de los multitudinarios conciertos de Paul McCartney, Frank Sinatra, Madonna, The Rolling Stones y el brasileño Roberto Carlos.
Av. Presidente Castelo Branco, Portão 2 / Metro: Maracanã (línea 2)
Tour guiado: Lunes a domingo: 9:00, 10:00, 11:00, 12:00, 13:00, 14:00, 15:00 y 16:00 horas / Tour no guiado: Lunes a domingo: 9:00 a 16:30 horas
Tour guiado: Entrada general: R$65 / Estudiantes, niños de 6 a 10 años y mayores de 60 años: R$32,50 / Tour no guiado: Entrada general: R$55 / Estudiantes, niños de 6 a 10 años y mayores de 60 años: R$27,50
https://es.tourmaracana.com.br/

SAMBÓDROMO

Tras visitar el Maracaná, nos dirigimos hasta el Sambódromo del Marquês de Sapucaí, lugar que acoge cada año los desfiles de las escuelas de samba y sus carrozas durante el Carnaval de Río de Janeiro, siendo uno de los mayores espacios para eventos al aire libre de la ciudad.

Diseñado por el afamado arquitecto Oscar Niemeyer e inaugurado en 1984, consta de un escenario conformado por diversos sectores, divididos en gradas y surcado por una pista de 700 metros de largo que conduce a una plaza coronada por un monumento en forma de “M”.

Durante las cinco noches de Carnaval, el Sambódromo recibe a 80.000 espectadores, que disfrutan del paso de las escuelas de samba por la pista cantando y bailando al trepidante son de sus cuerpos de “bateria” o percusión. Cuando llegan al final de pista, a la plaza del Apoteosis, los participantes acaban agotados, pero esperanzados de haber llamado la atención de los jueces y poder optar quizá al título del campeonato.

Sabías que aunque oficialmente el Carnaval de Río dura cuatro días, desde el sábado hasta el martes anterior al miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, las celebraciones invaden los barrios con fiestas callejeras, desfiles, bailes y conciertos gratuitos durante toda la semana o incluso antes.



LAGUNA RODRIGO DE FREITAS

Después de cambiarnos a un hotel en la avenida Nossa Señora de Copacabana, la siguiente mañana salimos temprano en dirección a la laguna Rodrigo de Freitas, un hermoso espejo de agua salada conectado al Océano Atlántico a través del canal Jardim de Alha.

La laguna está rodeada por los barrios más elegantes de Río de Janeiro (Gávea, Jardim Botánico, Lagoa, Ipanema y Leblon) y por un parque de 20 hectáreas en el que se pueden realizar muchas actividades, como caminatas, recorridos en bicicleta, patinar en el Parque dos Patins, o navegar en uno de los famosos “pedalinhos”, unos pequeños botes a pedal con forma de cisne. También hay restoranes de distintos tipos de comida y bares donde tomar una cerveza y disfrutar espectáculos de música en vivo.

Desde 1996, aquí tiene lugar uno de los mayores eventos de la ciudad, la iluminación del árbol de Navidad flotante, un gigantesco árbol navideño que adorna la laguna cada mes de diciembre, atrayendo a miles de personas, especialmente el día de su encendido oficial.

Sabías que durante los siglos XVI y XVII, la laguna estuvo rodeada por haciendas de cultivos de caña de azúcar, la última de las cuales fue propiedad de don Rodrigo de Freitas, a quien le debe su nombre actual.

PARQUE LAGE

Bordeando la laguna hacia el norte, en dirección al barrio de Lagoa, llegamos al Parque Lage, un precioso parque de estilo europeo enclavado a los pies del Corcovado y que forma parte del Parque Nacional de la Tijuca. Con una extensión de 52 hectáreas de hermosos jardines, esta área formó parte durante la época colonial de lo que se conocía como el Engenho Del Rey, enormes tierras de cultivo de caña de azúcar en los márgenes de la laguna Rodrigo de Freitas.

En 1920, el empresario y amante de las artes, Henrique Lage adquirió el parque y para agradar a su esposa, la cantante lírica italiana Gabriela Besanzoni, reformuló el diseño paisajístico de los jardines y mandó construir una réplica exacta de un Palacio Romano, el que se convirtió en la residencia de la pareja y en el que se realizaron grandes fiestas y presentaciones artísticas.

La visita al Parque Lage y a su palacete, donde hoy funciona la Escuela de Artes Visuales, merece la pena, sobre todo si eres un amante de la naturaleza, ya que además de una gran variedad de plantas y árboles típicos de la Mata Atlántica, es común ver monos y tucanes.

Rua Jardim Botánico 414, Jardim Botánico
Lunes a domingo: 8:00 a 17:00 horas (en verano hasta las 18:00 horas)
Entrada gratuita

JARDÍN BOTÁNICO DE RÍO DE JANEIRO

En la misma zona de la laguna, aprovechamos de conocer el Jardín Botánico de Río de Janeiro, declarado Patrimonio Histórico Nacional y uno de los principales del mundo, con más de 12.000 especies diferentes de todo el planeta. Inaugurado en 1808 por João VI, el Príncipe-Regente de Portugal, el Jardín Botánico es el área verde más grande de la ciudad con 157 hectáreas de superficie.

Muchas de las plantas iniciales que se usaron en su creación, provenían de lugares tan exóticos y lejanos como las Islas Mauricio y de las Guayanas. Una de ellas, que se convertiría en emblema del jardín, es la conocida como Palmera Imperial o Palmera Real, regalo de don Luiz de Abreu Vieira e Silva y que fue plantada por el mismísimo príncipe, por lo que se le dio ese nombre.

Aquí recorrimos el Bromeliario y el Orquidario, un jardín sensorial y un cactario, pero también el Jardín Japonés, creado en 1935 y que cuenta con más de 75 plantas típicas de Japón; el jardín Pedro Gordilho, donde abundan los especímenes de pau-brasil, el árbol nacional de Brasil; y el Arboreto, que se divide en espacios que representan a cada uno de los ecosistemas brasileños.

Uno de mis lugares favoritos en Río para disfrutar de la naturaleza, escapar del ruido y relajarse.

Sabías que la palmera original (Palma Mater) plantada por João VI sobrevivió hasta 1972, cuando fue alcanzada por un rayo, que acabó con sus casi dos siglos de vida y sus 38,7 metros de altura. Los restos de su enorme tronco se encuentran en el Museo.
Rua Jardim Botánico 1008, Jardim Botánico
Lunes: 12:00 a 17:00 horas / Martes a domingo: 8:00 a 17:00 horas
Entrada general: R$15 / Niños hasta 5 años: entrada gratuita
https://www.gov.br/jbrj/pt-br

CORCOVADO – CRISTO REDENTOR

El 24 de agosto, día de mi cumpleaños número 30, decidimos ir al Corcovado y al Cristo Redentor ubicado en su cima, probablemente la imagen más famosa de Brasil. Para llegar al Cristo tomamos el pintoresco “Tren del Corcovado”, inaugurado por el Emperador Pedro II en 1884 y que en la subida, atraviesa zonas de la Floresta da Tijuca, la selva urbana más grande del mundo reforestada por el hombre, con un área total de más de casi 4.000 hectáreas.

Tras 20 minutos llegamos a la Estación del Corcovado, desde donde se puede optar entre subir por los 222 escalones que conducen a la cima o tomar los elevadores, llegando al mirador principal, situado a 700 metros de altura.

Aunque la idea de levantar un símbolo que encarnara el espíritu religioso de Río de Janeiro surgió a mediados del siglo XIX, a sugerencia del religioso Pedro María Boss, con el apoyo de la Princesa Isabel de Portugal, tuvieron que pasar casi cinco décadas hasta que la idea se retomó en 1921, dentro de las celebraciones por el centenario de la independencia de Brasil.

Fue así como tras un concurso realizado en 1923, en el que el artista Carlos Oswaldo diseñó una estatua de Cristo cargando la cruz sobre un pedestal que representaría el mundo, idea que no logró convencer a la comunidad carioca, finalmente fue el ingeniero civil Heitor da Silva Costa, quien construyó la postal más típica de la ciudad, la de un Cristo con los brazos abiertos hacia la ciudad.

La escultura del Cristo Redentor fue realizada parcialmente en Francia por el arquitecto franco-polaco Paul Landowski y para su financiamiento se convocó a una gran colecta. Los trabajos de construcción duraron 5 años, durante los cuales uno de los hechos más destacables fue que no hubo que lamentar la muerte de ningún trabajador, algo poco común en la época, más aún teniendo en cuenta la dificultad del lugar y la forma de la escultura, con los brazos extendidos en el vacío.

El Cristo Redentor del Corcovado fue inaugurado el 12 de octubre de 1931. Un detalle curioso es que el brazo izquierdo del Cristo es 40 centímetros más pequeño que el derecho, diferencia que se debe a que los brazos fueron diseñados como la vela de un barco, lo que hace posible que la escultura pueda ser capaz de resistir vientos de hasta 150 kilómetros por hora.

Pero lo más espectacular son las vistas de Río de Janeiro que se tienen desde la cima del Corcovado, a tal punto que puedo afirmar que éste es uno de mis miradores favoritos en el mundo. Y es que si el día está despejado, hacia el sur puede distinguirse la laguna Rodrigo de Freitas, el Jardín Botánico, el Jockey Club y las playas de Ipanema y Leblon; mientras que al norte pueden verse las playas de Copacabana, Botafogo y Flamengo, el Pan de Azúcar y la Bahía de Guanabara. Al este se observa el centro de la ciudad, Niteroi y parte de la Bahía de Guanabara y finalmente, al oeste, la silueta del Maracaná, el Sambódromo, parte del Parque Nacional de Tijuca y, por supuesto, el Océano Atlántico.

Sabías que el Cristo Redentor no sólo es la escultura Art Decó más famosa del mundo, sino que desde el 2007, es también una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Sube en tren hasta el Cristo Redentor de Corcovado y disfruta de las espectaculares vistas de Río de Janeiro desde su mirador.

Cosme Velho 513, Cosme Velho
Lunes a domingo: 8:00 a 19:00 horas, con salidas de cada 30 minutos
Adulto: R$83,50 en temporada alta y R$68,50 en temporada baja / Niños de 5 a 11 años: R$52 (en ambas temporadas) / Niños menores de 5 años: entrada gratuita / * Todas las tarifas incluyen transporte de ida y vuelta, además de la entrada al Cristo Redentor
 https://www.tremdocorcovado.rio/informacion-general.html

SANTA TERESA

Ya por la tarde y después de almorzar en un restorán de esos que venden la comida según su peso, volvimos al sector de Lapa para tomar el bondinho, el tranvía eléctrico que cruza sobre los Arcos de Lapa, para llegar a Santa Teresa.

Se trata de un barrio encaramado en las laderas de un morro que durante los primeros años del siglo XX vivió su mayor momento de esplendor, de lo cual dan testimonio las hermosas casas que todavía pueden admirarse y que han sido recuperadas por artistas para establecer sus viviendas y talleres. Por algo, Santa Teresa es conocido como el “Montmartre carioca”.

Lo cierto es que lo que en sus inicios fue un barrio burgués, donde encontraron refugio las clases acomodadas de la sociedad carioca, ahora es un barrio turístico, lleno de hoteles y restoranes encantadores, un sitio ideal para un paseo al atardecer. En la plaza Largo de Guimarães, la que está rodeada de restoranes y tiendas de artesanías, bebimos una cerveza helada y comenzamos a despedirnos de nuestro primer viaje a la “Cidade Maravilhosa”.

El último día en la ciudad, regresamos a Copacabana a tomar algo de Sol, pese a que no soy muy amigo de las playas. Y es que no podíamos irnos de Río de Janeiro sin haber tocado la arena ni habernos mojado los pies en el Atlántico.

Sumérgete en el barrio de Santa Teresa con este tour, donde sus tranvías y sus antiguas mansiones te cautivarán. 

PORTO MARAVILHA

En vísperas de nuestro segundo viaje a Río para los Juegos Olímpicos de 2016, después de una larga y difícil búsqueda de un lugar para alojarnos, ya los precios eran exorbitantes y muchos de los hoteles se encontraban completos, di con el Ibis Rio de Janeiro Centro, al que llegamos el 4 de agosto al mediodía.

Y como estábamos en “modo olímpico”, lo primero que hicimos fue visitar Porto Maravilha, un ambicioso proyecto de renovación de la antigua zona portuaria con miras a la celebración de los Juegos Olímpicos. Porque aunque el puerto de Río de Janeiro fue, desde la fundación de la ciudad, un punto estratégico, ya que desde aquí salían hacia Portugal productos como el azúcar y las piedras preciosas, y fue en sus alrededores donde nació el samba, con el paso de los años, la zona fue cayendo en un continuo deterioro.

Fue entonces que inspirados en la transformación que tuvo el puerto de Barcelona a propósito de las Olimpiadas de 1992, nació Porto Maravilha, un proyecto que entre sus características principales incluye una autopista bajo tierra que reemplaza al enorme viaducto elevado que obstruía la visión del mar, junto con un moderno tranvía eléctrico que une el aeropuerto Santos Dumont con Praia Formosa.

También hay espacio para dos importantes polos culturales como son el Museo de Arte de Río (MAR) y el Museo del Mañana (Museu do Amanhã), diseñado por Santiago Calatrava, que además de convertirse en uno de los museos de ciencia y medio ambiente más modernos del mundo, con su silueta ha transformado por completo la imagen de la entrada al puerto de Río de Janeiro.

Sin embargo, la joya del proyecto es el Boulevard Olímpico, un paseo marítimo que se extiende a lo largo de 3,2 kilómetros, entre la Praça XV y AquaRio, el acuario más grande de Sudamérica. Aquí se encuentra “Etnias”, el mural más grande del mundo, obra del artista del grafiti Eduardo Kobra, el que en sus tres mil metros cuadrados retrata a cinco personas, cada una perteneciente a una etnia de cada continente, buscando ser un mensaje de paz y armonía entre los pueblos.

Y desde diciembre de 2019, se sumó Rio Star, una noria panorámica de 88 metros de altura y 54 góndolas climatizadas, que se convirtió en la más grande de Latinoamérica.

Disfruta de las asombrosas vistas de Río de Janeiro desde la Rio Star con este tour que también incluye una visita guiada por el Boulevard Olímpico.

Av. Rodrigues Alves 455, Santo Cristo
Lunes a domingo: 10:00 a 18:00 horas
Entrada general: R$70 / Niños de 3 a 11 años: R$35 / Cabina privada y acceso prioritario: R$290 (cabina exclusiva para un máximo de 6 personas)
https://riostar.tur.br/

LEBLON

El día de la Ceremonia de Inauguración, luego de retirar las entradas en el barrio de Botafogo, fuimos a Leblon, considerada una de la zonas más lujosas de la ciudad.

Mucho más tranquila que sus vecinas, Ipanema y Copacabana, la playa de Leblon es frecuentada principalmente por los residentes del barrio y por muy pocos turistas, sobre todo porque en esta zona no hay demasiados hoteles. Se trata más bien de una playa bastante familiar, al punto de que existe una zona especial para niños, conocida como Baixo Bebê, ubicada cerca del Posto 12.

Y al igual que en las principales playas de Río, sobre la arena de Leblon hay espacios para jugar voleibol, futevoley (un tipo de voleibol que usa los pies en lugar de las manos) y tenis de playa.

IPANEMA

Siguiendo hacia el oriente y cruzando el canal Jardim de Alah, que une el mar con la laguna Rodrigo de Freitas, llegamos a Ipanema, inmortalizada por Tom Jobim y Vinicius de Morais en su canción “Garota de Ipanema”.

La playa de Ipanema se extiende por dos kilómetros e igual que Copacabana, se divide en postos (puestos de socorristas), cada uno de los cuales tiene su estilo particular y su propio tipo de visitantes, entre los que destaca el Posto 8, conocido como la playa gay de Ipanema y que se identifica por la tradicional bandera arcoiris.

También está el Posto 9, en el cual se reúnen los hombres y mujeres con bronceados perfectos y cuerpos esculturales para “dejarse ver”. Por otra parte, la zona de Arpoador, justo al límite entre Ipanema y Copacabana, es la más popular para practicar surf.

Los domingos, la avenida Vieira Souto, situada frente a la playa, se cierra al tráfico vehicular, transformándose en un lugar para pasear y hacer deporte, que atrae a cariocas y turistas.

Sabías que como un homenaje al cumplirse los 20 años de la muerte de Tom Jobim, se inauguró en el paseo marítimo de Ipanema, a unos metros de la piedra de Arpoador, una estatua del músico hecha en tamaño real.

ARPOADOR

Por último, en el encuentro de las playas de Ipanema y Copacabana, nos encontramos con la Roca Arpoador, una formación rocosa famosa por ser uno de los mejores lugares de la ciudad para presenciar la puesta del Sol.

Junto a la roca, la playa de Arpoador, aunque es pequeña, es una de las favoritas de los amantes del surf, que aquí disfrutan de excelentes olas, tanto en verano como en invierno. También es el lugar preferido de algunos pescadores, que llegan a esta parte de la playa, especialmente al caer la tarde.

Sabías que el nombre de la playa de Arpoador viene de los tiempos en que era común ver ballenas acercándose a las costas de Río de Janeiro, las que al parecer, era posible cazar con arpones desde las proximidades de la playa, por lo que se la empezó a conocer con ese nombre.

Después de comer algo rápido, nos fuimos al hotel a darnos una ducha y prepararnos para ir a la Ceremonia de Apertura de Rio 2016, aventura de la que si quieren saber todos los detalles, les invito a leer este post.



FERIA SAARA

La mañana del sábado, luego de una magnífica noche en el Maracaná, decidimos ir a la Feria Saara, una feria al aire libre que ocupa varias calles en el centro de Río, extendiéndose por la Rua da Alfândega, Rua Uruguaiana, Rua Buenos Aires y Rua Senhor dos Passos.

Fundada en 1962 por un pequeño grupo de comerciantes de la zona, la feria fue creciendo hasta ocupar, en la actualidad, una superficie de más de 30 manzanas, en las que funcionan 600 tiendas que venden toda clase de productos, como calzado, ropa y perfumes, joyas y relojes, herramientas, juguetes, regalos y artesanías, artículos para el hogar y decoración, anteojos y accesorios, flores, cotillón y hasta alimentos.

Lo más destacable es que los precios de los productos y de la comida son mucho más económicos que en cualquier otra parte de Río de Janeiro.

ESCALERA DE SELARÓN

Tras recorrer la feria, atravesamos el centro hacia Lapa para conocer la Escalera de Selarón, una intervención artística llevada a cabo por el artista chileno Jorge Selarón, quien desde el año 1990 hasta su muerte en enero de 2013, decoró los 215 peldaños de esta escalera con piezas de cerámica de diversos colores y tamaños, traídos de diversas partes del mundo.

Y es que como una forma de rendir homenaje a la ciudad que lo acogió desde 1983, Jorge Selarón comenzó a revestir de azulejos con los colores de la bandera de Brasil, la escalera que sube desde Lapa hasta el Convento de Santa Teresa.

Sin embargo, cuando su proyecto estaba casi concluido encontró una tienda con azulejos antiguos de todo el mundo, así que su obra tomó un nuevo impulso y se convirtió en una “obra viva y mutante”, como la llamaba el mismo, pues lo que comenzó como un entretenimiento, muy pronto se convirtió en una tarea casi a tiempo completo, que sólo se detenía para cumplir con sus encargos artísticos, que le permitían ganar dinero para vivir y comprar más mosaicos.

Sabías que la escalera está cubierta por más de dos mil azulejos diferentes provenientes de más de sesenta países, muchos de ellos donados por turistas de distintas partes del mundo.

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE NITERÓI

Ya por la tarde, fuimos a la Praca XV, donde tomamos un ferry que cruzó la Bahía de Guanabara hacia Niterói para visitar el Museo de Arte Contemporáneo, un impresionante edificio que se eleva del suelo como si fuera una flor, diseñado por el padre de la arquitectura moderna brasileña, Oscar Niemeyer.

Construido sobre el Mirante de Boa Viagem, esta enorme “Flor Blanca” tiene 50 metros de diámetro, una altura total de 16 metros y está soportada por un “tallo” de 5 metros de alto que parece brotar de una pequeña laguna, gracias al espejo de agua que rodea el edificio. Una sinuosa y amplia rampa de color rojo y 98 metros de largo, da acceso al museo.

En la actualidad, el MAC Niterói cuenta con 369 obras donadas por artistas que han expuesto en el museo desde su inauguración en 1996, junto con las 1217 obras pertenecientes a la Colección João Sattamini, formada por los trabajos de los principales artistas contemporáneos de Brasil. Pero a lo largo del año, también se realizan múltiples exposiciones temporales.

Mirante da Boa Viagem s/n, Niterói
Museo: Martes a domingo: 10:00 a 18:00 horas / Patio: Lunes a domingo: 9:00 a 19:00 horas (viernes y sábados hasta la medianoche, al igual que el Bistró)
Entrada general: R$10 / Menores de 7 años: entrada gratuita / Miércoles: entrada gratuita
http://culturaniteroi.com.br/macniteroi/

FAVELAS

Y si bien aún no he tenido la oportunidad de recorrer una favela, éstas se han convertido, sin duda, en un imperdible al momento de visitar la “Cidade Maravilhosa”. Estos asentamientos tuvieron sus orígenes en el siglo XVIII, cuando los morros fueron tomados por grupos de esclavos africanos liberados que no tenían vivienda ni trabajo, y que levantaron allí sus casas.

Actualmente en Río hay casi 1000 favelas, además de “complejos”, formados por varias de ellas, como el Complexo do Alemao y el Complexo da Maré. Las favelas más conocidas son Rocinha, que alberga más de 56 mil habitantes; Santa Marta en la zona sur; y Cidade de Deus, situada en la zona oeste.

Algunas de las favelas más seguras y accesibles para visitar son Cantagalo, ubicada en una colina con vistas al mar entre los barrios de Ipanema y Copacabana; Santa Marta caracterizada por sus casas con fachadas de colores, las huellas de Michael Jackson y sus espectaculares miradores; y Rocinha, a la que algunas agencias turísticas organizan visitas.

De todas formas, la mejor opción es recorrer las favelas con un tour guiado, averiguando siempre las condiciones de seguridad antes de decidir una visita, ya que muchas suelen ser peligrosas.

Y a ti, ¿qué es lo que más te gusta de Río de Janeiro?

Visita la favela de Rocinha con este tour guiado en el que podrás descubrir el lado menos conocido y sorprendente de las favelas brasileñas.

MAPA

CLIMA

Aunque Río de Janeiro tiene un clima cálido durante todo el año, su carácter tropical hace que no pueda preverse cuándo va a llover. Si bien es cierto que septiembre y octubre concentran la mayor cantidad de precipitaciones del año, también podemos encontrar lluvias durante el verano, generalmente chubascos de corta duración.

De junio a agosto, que son los meses de invierno, la temperatura oscila entre 15º y 25°C, con noches bastante frescas y que caen rápidamente (alrededor de las 17:30), y un cielo a menudo, nublado. Y aunque en la playa se puede tomar sol, el mar no se encuentra en su mejor momento, ya que suele haber bastante oleaje y el agua es más fría.

Durante el verano, entre los meses de diciembre y febrero, aunque puede haber días extremadamente calurosos, con picos de 35º a 37ºC, también es la temporada más lluviosa. Así que si eres de aquellos que quieren ver el Carnaval, pueden soportar el calor húmedo y algunas tormentas tropicales, éste es el mejor momento para viajar a Río de Janeiro.

Sin embargo, para mi gusto, la mejor época para visitar Río es de mayo a octubre, cuando las temperaturas son moderadas y las lluvias son escasas.

¿CUÁNTOS DÍAS ESTAR?

Esta pregunta es bien relativa, porque si bien entre mis dos visitas sumé 9 días en Río de Janeiro, aún siento que me quedan cosas por conocer, como las favelas y algunos de sus museos.

Por eso, en mi opinión, una visita mínima debiera considerar 5 días, los que puedes distribuir para recorrer sus playas y principales atractivos.

Así, por ejemplo, un primer día puedes recorrer el centro histórico, Lapa y Santa Teresa; una segunda jornada puedes dedicarla a las playas; mientras que un tercer día puedes dividirlo entre una visita al Maracaná, un paseo por Porto Maravilha y una tarde en Niteroi.

El cuarto puedes visitar el Corcovado y su Cristo Redentor por la mañana y el Pan de Azúcar en la tarde, para esperar la puesta del Sol; y el último día recorrer el entorno de la laguna Rodrigo da Freitas, conociendo el Parque Lage, el Jardín Botánico y la Floresta da Tijuca.

Si sumas otro día, puedes incluso, ir a Búzios, uno de los balnearios más famosos de todo Brasil y que está a sólo 180 kilómetros de Río de Janeiro. Hay muchas empresas de turismo que ofrecen tours náuticos de un día a Búzios, que salen muy temprano de Río y vuelven a última hora del día.

ALOJAMIENTO

Río de Janeiro es la segunda ciudad más poblada de Brasil y, sin lugar a dudas, la más turística, donde cada uno de sus barrios tiene su propio ambiente, idiosincrasia e identidad, por lo que si vas a visitarla, te conviene conocer cuáles son las mejores zonas donde alojarse.

Centro: si te gusta estar en una zona con historia, el centro es la mejor opción, ya que concentra una curiosa mezcla de estilos arquitectónicos, encontrándose edificios de la época colonial como el Palacio Imperial, junto a enormes rascacielos de cristal pertenecientes a algunas de las primeras compañías brasileñas. En el centro está también la Catedral Metropolitana y museos como el Museo Nacional de Bellas Artes o el Museo Histórico Nacional.

Copacabana: es el barrio estrella de Río de Janeiro, famoso por su playa en forma de media luna y por la Avenida Atlántica, un paseo costero lleno de lugares de entretenimiento. El metro, que conecta con toda la ciudad de Río de Janeiro, tiene tres estaciones en Copacabana. Junto con Ipanema, son las mejores zonas para alojarse en la ciudad, ya que aquí tendrás a la mano todo lo que necesitas para disfrutar de tu estadía.

Ipanema: situada al sur del centro urbano es una de las mejores opciones para alojarse en Río de Janeiro. Aquí es posible encontrar una enorme variedad de cafés y restoranes, boutiques de lujo de las principales marcas y las discoteques más famosas de la ciudad. Mientras que en su famosa playa puedes escuchar música al aire libre, hacer surf, andar en bicicleta o simplemente, tomar sol. Ipanema está muy bien comunicada gracias a la red de metro y de autobuses, y es además, una de las zonas con mayor oferta hotelera.

Leblon: distrito contiguo a Ipanema, cuenta con numerosos espacios verdes, cafés y restoranes con terrazas. Es una buena opción para hospedarse, aunque la oferta de alojamiento es más cara y no tan abundante como en otras zonas.

Lagoa: es un barrio de clase acomodada situado junto a la laguna Rodrigo de Freitas, dominado por edificios con apartamentos de lujo y zonas de ocio repletas de bares y restoranes. Se trata de una zona ideal para la práctica de deportes acuáticos y que se encuentra muy bien conectada con el resto de la ciudad.

Santa Teresa: es el barrio de los artistas de Río de Janeiro, conocido como el “Montmartre brasileño”. Aquí se encuentran los Arcos de Lapa, un antiguo acueducto urbano, además de hermosas casonas coloniales del siglo XVIII, que hoy albergan restoranes, bares y hoteles boutique. Una zona ideal si buscas algo con un toque diferente y con una muy buena relación precio calidad.

Barra da Tijuca: ubicada al oeste de la ciudad, esta zona ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, sobre todo gracias a que muchas de las pruebas deportivas de los Juegos Olímpicos de 2016 se realizaron aquí. En la actualidad, pueden encontrarse varios hoteles de categoría media/alta, aunque lo que más abundan son las suites y apartamentos de alquiler, algunos de los cuales pueden ser bastante grandes, por lo que resultan perfectos para familias numerosas. No obstante, el alojamiento en Barra da Tijuca es de los más caros de Río de Janeiro.

TRANSPORTE

METRO

El Metro de Río de Janeiro es el medio de transporte más rápido y seguro. Funciona de lunes a sábado de 5:00 a 24:00 horas, y los domingos entre las 7:00 y las 23:00 horas. Los días de Carnaval, el horario se extiende las 24 horas.

Algunos vagones del metro son de color rosa, lo que significa que son de uso exclusivo para mujeres durante las horas punta, de 6:00 a 9:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

El metro cuenta con 3 líneas: la Linha 1 (naranja), que va desde la estación General Osório en Ipanema, a Uruguai en la zona de Tijuca; la Linha 2 (verde), que une las estaciones de Botafogo y Pavuna; y la Linha 4 (amarilla), que se extiende entre Jardim Oceânico en Barra da Tijuca y General Osório en la zona de Ipanema.

El billete sencillo tiene un valor de R$4,30 y es válido para un único viaje; puedes comprarlo y utilizarlo hasta tres días después (a contar del día de la compra); y una vez usado, puedes entregarlo en taquilla y te devolverán R$1.

También existe una tarjeta prepago, cuya recarga inicial es de R$5. Las siguientes recargas van desde un mínimo de R$5 hasta un máximo de R$500. Se puede comprar en las boleterías de las estaciones o en las máquinas expendedoras. Para usarla simplemente hay que acercarla al lector y esperar a que se ponga en color verde e indique que pases (PASSE).

Esta tarjeta puede utilizarse además, en el Metrô Na Superfície, y en los servicios Barra Expresso Via Ipanema / General Osório, y Jacarepaguá Expresso Via Nova América/Del Castilho.

AUTOBUSES

El servicio de autobuses municipales de Río de Janeiro está cubierto por varias empresas, entre ellas Real Auto Ônibus y Novo Horizonte, cuyas las tarifas varían entre R$2,75 y R$3,40, según el recorrido y tipo de servicio. Estos autobuses funcionan las 24 horas, pero no cuentan con aire acondicionado.

El servicio Premium de Real Auto Ônibus, conocido como “frescao”, son de color azul, tienen aire acondicionado y no llevan pasajeros de pie. Funciona entre las 6:40 y las 22:00 horas aproximadamente, dependiendo del recorrido y el día de la semana. En todos los casos, el billete se paga directamente al conductor.

Como en Río hay más de 450 líneas de autobuses en Río de Janeiro, hay que tener en cuenta para orientarse que:

  • Las líneas que comienzan con 1 unen la Zona Sur con el Centro.
  • Las líneas que comienzan con 2 unen la Zona Norte con el Centro (excepto las 2000)
  • Las líneas que comienzan con 3 unen la Zona Oeste con el Centro.
  • Las líneas que comienzan con 4 unen la Zona Sur con Zona Norte.
  • Las líneas que comienzan con 5 circulan sólo por Zona Sur.
  • Las líneas que comienzan con 6 unen la Zona Norte con Zona Oeste.
  • Las líneas que comienzan con 7 y 9 son interurbanas.
  • Las líneas que comienzan con 8 circulan sólo por Zona Oeste.

Hay otro servicio más, llamado Integração Metrô-Ônibus, que conecta distintos puntos de la ciudad con estaciones del metro. Este servicio cuesta R$4,35 y los billetes se compran en las estaciones de metro que forman parte del servicio, es decir, en aquellas donde se puede hacer la combinación, o en el autobús.

Finalmente, existe un sistema de BRT (Bus Rapid Transit), conocido por los cariocas como “Ligeriao”, que consiste en un corredor exclusivo para autobuses articulados, que pueden transportar hasta 160 pasajeros cada uno. Para usar el Ligeriao se debe comprar y validar los billetes en las terminales y paradas. El precio es el mismo que para un autobús común.

Este sistema de corredores une puntos neurálgicos de la ciudad y cuenta con cuatro líneas en funcionamiento: Transcarioca o T5 (Galeao/Barra), Transoeste (Jardim Oceânico/Campo Grande), Transolímpica (Curicica /Teodoro) y TransBrasil (Avenida Brasil/Avenida Presidente Vargas/Aeropuerto Santos Dumont).

TRANVÍA

El tranvía o VLT, inaugurado a mediados de 2016, cuenta con 3 líneas: la Linha 1 (azul) que va desde Praia Formosa (terminal de buses) al Aeropuerto Santos Dumont; la Linha 2 (verde) que une Praia Formosa con la Praca XV (terminal de ferry); y la Linha 3 (amarilla) que recorre desde el Aeropuerto Santos Dumont hasta Central (conexión al metro, estación de trenes y terminal de buses).

El horario de funcionamiento del VLT es de las 6 de la mañana hasta la medianoche, con intervalos de 10 a 20 minutos, dependiendo de la hora del día. El precio del billete es de R$3,80 y está integrado dentro del Billete Unico Carioca, por lo que la tarjeta de Prepago también sirve para viajar aquí. Es necesario validar el billete/tarjeta dentro del mismo vagón.

FERRY

Río de Janeiro cuenta con un servicio de ferrys y catamaranes para llegar a las islas cercanas, como Paquetá, o a ciudades como Niteroi, al otro lado de la Bahía de Guanabara; todos los cuales salen de la Estação das Barcas, en la Praça XV de Novembro.

  • Ferry a Ilha de Paquetá: todos los días, de 5:15 a 23:00 horas. El precio del billete es de R$4,50.
  • Ferry a Niteroi: todos los días, de 6:00 a 23:30 horas. El precio del billete es R$4,60 y el viaje tarda 20 minutos.
  • Catamarán a Niteroi: todos los días de 7:00 a 16:00 horas. El billete cuesta R$11 y el viaje dura 10 minutos.
  • Ferry a Cocotá: de lunes a viernes de 8:10 a 21:00 horas. El billete cuesta R$3,40 y el viaje dura 55 minutos.

TAXIS

Los taxis en Río de Janeiro son una muy buena alternativa para moverse por la ciudad y no son caros. La única recomendación es tener una idea del recorrido antes de abordar el taxi, ya que puede pasar que el taxista “alargue” el camino.

Hay dos tipos de taxis en Río de Janeiro: los taxis “comunes” (amarillos, con franja lateral azul) y los taxis privados.

Los taxis comunes pertenecen a las empresas Aerotaxi y Aerocoop, y recorren la ciudad permanentemente, por lo que puedes parar uno en cualquier lugar.

En tanto, los taxis “especiales” o “de cooperativa”, son de las empresas Coopatur, Cootramo, Coopertramo, Transcoopass, Royalcoop y Transcootour, y no tienen un color único que los identifique, sino que cada empresa tiene el suyo.

CONSEJOS

  • No lleves grandes cantidades de dinero ni objetos de valor a la vista, como joyas, relojes o teléfono móviles que sean fáciles de arrebatar. Y si vas a la playa, evita llevar bolsos, mochilas y aparatos tecnológicos, que pueden resultar atractivos para los amigos de lo ajeno.
  • Visitar las playas de Río es imprescindible, pero evita pasar un mal rato y usa protección solar alta a toda hora. Igualmente, ten la precaución de usar un gorro con visera si vas a caminar largas distancias y de llevar una botella de agua para hidratarte.
  • Las distancias en Río son grandes y en las horas pico hay bastante tráfico, por lo que el metro es la manera más fácil y rápida de moverse por la ciudad. Conviene comprar una MetroCard para que el viaje te salga más barato.
  • Ten en cuenta que los cariocas tienen un ritmo bastante relajado, por lo tanto, ten paciencia si se toman su tiempo cuando te atienden en un restaurante, cuando viajas en autobús, o cuando realizas una excursión.
  • Río está rodeada de una selva tropical, así que si viajas en época de lluvias (a partir de octubre), si no quieres mojarte, lleva siempre una chaqueta y zapatos impermeables, porque las lluvias si bien son cortas, suelen ser impredecibles y comenzar de un momento a otro.
  • No es recomendable beber agua de grifo en ningún lugar en Brasil, por lo que si vas a comprar un zumo o batido en la playa, asegúrate de que usen agua embotellada.
  • En bares y restaurantes generalmente se agrega un 10% de suplemento en la factura por concepto de propinas.
  • En época de Carnaval, la ciudad se llena de música y colores, pero también de muchos turistas, por lo que hay que tener en cuenta que los lugares están más abarrotados y los precios suben considerablemente.
  • Cuando planees tu visita al Corcovado para conocer el Cristo Redentor, ten en cuenta que por la mañana tendrás la luz perfecta para poder tomar fotos de la ciudad, mientras que por la tarde, el sol está de frente.
  • Las noches de Río a veces pueden ser frescas, sobre todo en las zonas más altas, por lo que si visitas el Pan de Azúcar al atardecer, ten siempre a mano una chaqueta.

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