El tren llegó a la estación Finlandski, una de las cinco que hay en San Petersburgo y que recibe los ferrocarriles que provienen de Helsinki. Tras ubicarnos en el mapa, inmediatamente tomamos el metro en la estación Lenin Square rumbo a Admiralteyskaya, la parada más cercana a nuestro hotel, el Apart-Hotel Oficer, ubicado a un par de cuadras de la Catedral de San Isaac.

Al salir de la estación y caminar hacia el hotel, las imágenes nos fueron revelando una ciudad regada por los lujos del antiguo imperio de los zares, así que tras instalarnos, nos fuimos a descubrirla.

 LOS LUGARES QUE DEBES VISITAR

Lo primero fue tomar nuevamente el metro, esta vez hasta la estación Moskovskie Vorota, donde pudimos ver el Arco de Triunfo de Moscú, construido entre 1834 y 1838 como un monumento a la victoria rusa sobre los turcos. Luego, en 1936, la estructura de hierro fundido fue derribada por los soviéticos bajo el pretexto de una reconstrucción planificada de la avenida. No obstante, fue sustituido treinta años más tarde.

 GRAND MAKET RUSSIA

Después caminamos un par de cuadras hasta la Grand Maket Russia, una espectacular maqueta en escala 1:87 de la variada geografía de la Federación Rusa. Con sus 800 metros cuadrados es la segunda maqueta de su tipo más grande en el mundo.

Dentro de sus gracias está que cada 15 minutos, “el día se desvanece” y más de 800.000 luces LED, iluminan y dan vida a la maqueta. Hay escenas de San Petersburgo, Moscú, el lejano oriente ruso y hasta Siberia, donde los trenes juegan un papel preponderante, con 2,5 kilómetros de vías y 250 locomotoras recorriéndola. Muchas de estas escenas son interactivas, por lo que basta con apretar unos botones que permiten ver numerosos y entretenidos procesos en movimiento.

Tsvetochnaya Ulitsa, 16 / Metro: Moskovskie Vorota (línea 2) / Autobuses: líneas 3, 26, 50 y 64 / Trolebuses: 15, 17, 24, 26 y 44 / Tranvías: líneas 29 y 43
 Lunes a domingo: 10:00 a 20:00 horas (la boletería está abierta hasta las 19:15 horas)
 Adultos: 690 RUB / Niños de 3 a 13 años: 450 RUB
 https://grandmaket.ru/es

 AVENIDA NEVSKY PROSPEKT

Ya al atardecer nos fuimos hasta la principal avenida de la ciudad, la Nevsky Prospekt, la que a lo largo de sus 4,5 kilómetros, une el Admiralty (Comando Central de la Armada de la Rusia Imperial) con la Estación Moskovskiy para luego girar hasta llegar al Monasterio Alexander Nevsky.

La avenida fue diseñada en 1718 por el arquitecto francés Alexandre Jean Baptiste LeBlond, por encargo de Pedro el Grande, como el primer tramo de una ruta que uniría Novgorod con Moscú. La idea de Pedro I era tener una combinación de gran boulevard con tiendas, al estilo de los de París.

Para construirla debieron atravesarse kilómetros de bosques hasta ese momento vírgenes. Y a pesar de ser una zona que se inundaba con frecuencia, no tardaron en construirse lujosas mansiones a ambos lados. En el siglo XIX era la zona de mayor valor inmobiliario del país y algunos importantes bancos y organismos financieros establecieron allí sus oficinas.

Desde 1918 a 1944 recibió el nombre de Avenida 25 de Octubre, pero los petersburgueses nunca aceptaron que se eliminara el nombre de Alexander Nevsky, un héroe ruso del siglo XIII, más tarde canonizado, que defendió la ciudad de los intentos de invasión de los suecos y los alemanes.

En la actualidad, caminar por la Nevsky Prospekt es la mejor forma de conocer el verdadero pulso de San Petersburgo. De día, la gente hace sus compras en las numerosas tiendas que se ubican sobre la avenida. De noche, turistas y locales llegan a disfrutar de los numerosos bares y restaurantes.

 ALMACENES ELISÉEV

Pues bien, si recorres la avenida, uno de los lugares que no puedes dejar de visitar es el de los Almacenes Eliséev, un magnífico edificio art nouveau construido entre los años 1903 y 1907 para los Hermanos Eliseev, que tenían un imperio familiar de tiendas de alimentos exóticos, vinos importados y delicatessen. Su interior ha permanecido casi sin modificaciones desde su inauguración hace más de un siglo y todavía funciona allí una lujosa tienda que merece ser visitada.

Justo al frente de los almacenes, otra joya, el Teatro Alexandrinsky, el más antiguo teatro nacional de Rusia, fundado por la emperatriz Isabel, hija de Pedro el Grande, el 30 de agosto de 1756, día que se considera el nacimiento del teatro profesional ruso. Aunque, recién en 1832, la compañía se instaló en el edificio del famoso arquitecto Carlos Rossi. Desde entonces, el teatro se llama Alexandrinsky en honor de la esposa del emperador Nicolás I, Alexandra (Alejandra).

Casi de noche, comimos en un restorán con terraza a la calle, mientras veíamos cómo los edificios comenzaban a iluminarse de forma perfecta. Creo no haber conocido otra calle tan bonita como la Nevsky Prospekt. Quizás los Campos Elíseos de París se le parezcan en algo.

Y es que para entender por qué a San Petersburgo se le apoda la “Venecia del Norte” por su belleza, hay que conocer su historia. La ciudad fue fundada en 1703, cuando bajo el reinado de Pedro el Grande, Rusia reconquistó la salida al mar de Suecia, por lo que se reforzó la presencia de Rusia en esa región, abriendo al mismo tiempo una “ventana a Europa”.

Para el desarrollo de la ciudad, el emperador Pedro I el Grande se inspiró en Venecia y prohibió los puentes permanentes sobre el río Neva para que se asemejara al Gran Canal, como también en Ámsterdam, promoviendo la construcción de canales en las calles. Por eso, desde la puesta en marcha del proyecto, arquitectos e ingenieros de toda Europa se involucraron en el desarrollo de la ciudad, lo que hace posible ver hoy huellas arquitectónicas de Suiza, Francia, pero por sobre todo, de Italia.

El traslado de la capital rusa a San Petersburgo en 1712 contribuyó al florecimiento de la ciudad. Desde principios del siglo XVIII, comenzaron a establecerse alemanes, finlandeses, suecos, armenios, tártaros y representantes de muchas otras nacionalidades.

Pedro el Grande había vivido y estudiado en los Países Bajos, por lo que decidió bautizar a la manera holandesa la nueva ciudad en honor de su santo patrono, Sankt Piterburj, forma que posteriormente se germanizó.



No obstante, la ciudad cambió de nombre varias veces: en 1914, cuando Rusia entró en la Primera Guerra Mundial se llamó Petrogrado, de manera rusa y más patriótica. En 1918, perdió su estatus capitalino y, poco más tarde, en 1924 recibió el nombre de Leningrado, en honor al jefe revolucionario Vladímir Lenin.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad se vio sitiada por las fuerzas armadas de la Alemania nazi por 29 meses. Por el hambre y los bombardeos, San Petersburgo perdió más de un millón de habitantes. Sin embargo, tras concluir la guerra, la ciudad creció considerablemente gracias al aumento de la población y la construcción de nuevas viviendas. En 1991, tras un plebiscito, volvió a llamarse San Petersburgo.

Pero retornemos a nuestro recorrido. Caminando hacia el oriente, llegamos al Obelisco de la Ciudad Héroe de Leningrado, localizado en la plaza Vosstániya, el que fue levantado en 1985 en honor a los 40 años de la victoria de la Gran Guerra Patria, como se conoce al triunfo en la Segunda Guerra Mundial.

También en la plaza Vosstániya se encuentra otra de las estaciones de tren de la ciudad, la estación Moskovskiy, desde la cual salen los ferrocarriles a Moscú, Murmansk y Novgorod. Aquí aprovechamos de tomar algunas fotografías y videos a los trenes que, a esa hora, salían llenos con destino a la capital rusa.

ADMIRALTY

Al día siguiente, luego de tomar desayuno en el hotel, caminamos hasta el Admiralty (Almirantazgo), uno edificios más antiguos e importantes de San Petersburgo, ubicado frente al Palacio de Invierno, donde convergen tres de las principales calles del centro de la ciudad, Nevsky Prospekt, Gorokhovaya Ulitsa, y Voznesenskiy Prospekt.

El edificio original fue construido en 1706 según los planos de Pedro el Grande y en sus inicios era un astillero fortificado que fue rodeado después por cuatro bastiones y además, protegido por un foso. ​Y es que Pedro I mostraba tanto interés en la construcción naval, que hasta el cierre del astillero en 1844, se habían construido 262 buques de guerra.

El nuevo y espectacular edificio fue construido entre 1806 y 1823 en estilo imperio por Andreian Sajarov, y su fachada principal mide 406 metros de largo, en la que sobresalen las columnas jónicas, los bajorrelieves y estatuas en blanco. En ambos costados del gran arco de entrada, se encuentran figuras de mujeres sosteniendo grandes esferas. La torre de 72 metros de alto, remata en una aguja dorada con una veleta de oro en forma de pequeño barco que se ve desde varios puntos de la ciudad y que es el símbolo de San Petersburgo. En la actualidad, el edificio es la sede de la Marina Rusa.

Luego, en un centro de información turística en la Plaza del Palacio, retiramos la Saint Petersburg Card que habíamos comprado por internet. Con esta tarjeta de 3 días tendríamos acceso gratuito a varios museos y tours en buses y barcos por el Neva, además de poder recargarla para usar el transporte público.

 MUSEO DEL HERMITAGE

Después entramos al Palacio de Invierno, la residencia oficial de los antiguos zares, que hoy alberga al célebre Museo del Hermitage, una de las mayores pinacotecas y museos de antigüedades del mundo. Sin embargo, más que un museo es un palacio-museo, pues también alberga salas y habitaciones espectaculares de la época de los zares. Un lugar digno de ser visitado aunque estés de pasada por San Petersburgo.

El Hermitage ocupa cinco edificios que están unidos, por lo que no te das cuenta cuando pasas de uno a otro: el Palacio de Invierno, el Teatro de Hermitage, el Hermitage Pequeño, el Hermitage Viejo y el Nuevo Hermitage; que forman un hermoso conjunto arquitectónico, en el que se exhiben más de 3 millones de obras de arte: pinturas, esculturas, piezas arqueológicas, objetos de numismática, etc. Dicen que recorrer todas las salas supone unos 24 kilómetros, lo que significa que hay que vivir en la ciudad para poder conocer en detalle el museo.

La historia del Hermitage se inicia con Pedro el Grande, cuando adquirió varias obras de arte, entre las que se encontraban “David despidiéndose de Jonatan”, de Rembrandt y “La Venus de Táurida”. Se considera que el museo nació oficialmente en 1764, cuando un comerciante berlinés envió 225 cuadros a Catalina II como pago por unas deudas. Al recibirlos, Catalina quiso que su galería no fuera superada por las colecciones de otros monarcas y comenzó a comprar casi todo lo que se vendía en las subastas europeas.

El Palacio de Invierno, que pasó a formar parte del museo en el año 1922, fue durante dos siglos la residencia principal de los zares. Había sido construido para la emperatriz Isabel, hija de Pedro el Grande, y sus fachadas, el interior de la iglesia palaciega y la majestuosa escalera principal son un ejemplo del llamado barroco ruso del siglo XVIII. Sin embargo, las salas del palacio son del siglo XIX, pues tras el incendio de 1837, se reconstruyeron según la moda de la época.

Yo que no soy un fanático de las pinturas y el arte, disfruté recorriendo cada uno de los salones hermosamente decorados con mosaicos, jarrones, muebles, lámparas de lágrimas y otros tantos objetos que revelan la opulencia en la que vivían los zares. Y es que cuando ya piensas haberlo visto todo en un salón, te diriges a otro y vuelves a asombrarte con tantos lujos.

De todas formas, la que me pareció más linda de todas es la sala Malaquita, con sus columnas, chimeneas, lámparas de pie y mesitas decoradas con malaquita de los montes Urales. El verde vivo de la malaquita, combinado con el brillo del dorado y el mobiliario tapizado con seda de color frambuesa, hacen que este salón sea un lugar único, en el que se exhiben objetos personales de la familia imperial.

En la sala Pabellón (Pavilion Hall) se expone el reloj Pavo Real (Peacock Clock), uno de los símbolos del museo y el reloj autómata conservado más grande del mundo. El reloj es obra del joyero británico James Cox que lo construyó en 1777 y fue adquirido por la emperatriz Catalina II.

El reloj todavía funciona y cada hora, las figuras de un pavo real, un gallo y un búho se ponen en marcha. Primero canta el búho, después el pavo real tuerce su cuello y despliega su cola de plumas, y finalmente está el gallo. Una belleza, pero también un símbolo del derroche que experimentaban los zares.

Además de las espectaculares salas del primer piso, encontrarás una gran cantidad de arte ruso y europeo. Entre las obras de arte italiano del siglo XVIII destacan la “Madonna Benois” y la “Madonna Litta”, de Leonardo Da Vinci (Sala 214), la escultura de Miguel Ángel, “Chico Agachado o Niño en Cuclillas” (Sala 230), junto con obras de Raphael, Ticiano, Tintoretto, Lippi, Caravaggio, y Canaletto.

El Hermitage también alberga una magnífica colección de arte español, con obras de El Greco, Velázquez, Murillo y Goya; y una colección de arte flamenco y holandés con obras de Van Dyck, Rubens (Sala 247) y Rembrandt (Sala 254).

Sabías que el Palacio de Invierno el palacio tiene una fachada de 150 metros de longitud y cuenta con más de 1.700 puertas, cerca de 2.000 ventanas, 1.500 habitaciones y más de 100 escaleras.

 Descubre en esta visita guiada por qué el Hermitage es mucho más que un museo.

Palace Square, 2 / Metro: Admiralteyskaya (línea 5) / Autobuses: líneas 7, 10, 24 y 191 / Trolebuses: líneas 1, 7, 10 y 11
Miércoles, jueves y domingo: 11:00 a 18:00 horas / Martes, viernes y sábado: 11:00 a 20:00 horas / Lunes: cerrado
Entrada general (museo principal y palacios): 500 RUB / Estudiantes: entrada gratuita / Tercer jueves de cada mes: entrada gratuita
 https://www.hermitagemuseum.org/wps/portal/hermitage/

 PLAZA DEL PALACIO

Pues bien, luego de recorrer y maravillarnos con el Hermitage por unas horas, salimos hacia la Plaza del Palacio, uno de los lugares más visitados por los turistas que caen rendidos ante su majestuosidad y monumentalidad.

La plaza, diseñada por el arquitecto Carlos Rossi y construida entre 1819 y 1829, ha sido escenario de importantes acontecimientos de gran relevancia mundial como es el Domingo Sangriento en 1905 o la Revolución de Octubre en 1917.

En el lado sur de la plaza, de color amarillo y blanco, se encuentra el antiguo edificio del Ejército Imperial Mayor, cuya principal característica es el arco de triunfo doble coronado con una cuadriga romana, a través del cual se puede llegar a la avenida Nevsky Prospekt.

Sabías que la Columna de Alejandro, ubicada en el centro de la plaza, fue diseñada por Auguste de Montferrand y es la columna de su estilo más alta del mundo con 47,5 metros de altura y un peso de 600 toneladas. Está decorada con granito rojo y en su parte más alta se encuentra un ángel que conmemora la victoria de Alejandro I sobre Napoleón.

 CATEDRAL DE KAZÁN

Después continuamos por la Nevsky Prospekt hasta la Catedral de Kazán, cuya historia comienza en agosto del año 1733, cuando la emperatriz Anna Ioánnovna ordenó construir la iglesia de piedra de la Natividad de la Virgen en el centro de la ciudad. En el año 1737, la Virgen de Kazán (el ícono más venerado en Rusia) fue trasladada a la nueva iglesia. Durante el reinado de la emperatriz Isabel, la iglesia se convirtió oficialmente en la Catedral de Kazán.

A finales del siglo XVIII, el edificio de la Catedral de Kazán estaba prácticamente en ruinas, por lo que el emperador Pablo I decidió reconstruirlo y además, cambiar su diseño. Según orden de Pablo I, la nueva catedral tenía que parecerse a la Catedral de San Pedro en Roma.

Conforme a las normas arquitectónicas de la Iglesia Ortodoxa, la entrada de cualquier iglesia o catedral debe hacerse en el lado del oeste, lo que no correspondía con el plan de construcción. Por esta razón, se construyeron dos entradas, la de la Avenida Nevsky por el norte y la de la calle de Kazán por el oeste.

El destino de la Catedral de Kazán cambió durante la guerra contra Napoleón en 1812, pues se convirtió en un depósito de reliquias de la guerra. La Catedral tenía una gran importancia para la familia real de los Romanov, pues en la Catedral de San Isaac bautizaban a los miembros de familia, en la Catedral de San Pedro y San Pablo los enterraban, y aquí los coronaban.

Kazan Square, 2 / Metro: Nevsky Prospekt (línea 2) y Gostiny Dvor (línea 3) / Autobuses: líneas 3, 7, 22, 24, 27 y 191 / Trolebuses: líneas 1, 5, 7, 10, 11, 17 y 22
 Lunes a viernes: 8:30 hasta el último servicio de la tarde / Sábado y domingo: 6:30 hasta el último servicio
 Entrada gratuita
 http://kazansky-spb.ru (en ruso)

 CASA SINGER

Frente a la Catedral, en la esquina de la avenida Nevsky con el canal Griboedova, está otro maravilloso edificio, la Casa Singer. De estilo art nouveau fue construido en los años 1902 a 1904 para la conocida empresa alemana de máquinas de coser Singer.

El edificio fue diseñado por Pavel Suzor y se alejó de la primera idea, ya que la empresa Singer quería construir un rascacielos parecido a los de Nueva York. Sin embargo, las leyes de la ciudad no le permitieron realizarlo, ya que ningún edificio podía sobrepasar en altura al Palacio de Invierno. Suzor supo jugar con el cristal y terminó diseñando esta maravilla: Un edificio de seis pisos con una torre de cristal como colofón final y a su vez, coronado por un globo de cristal.

Después de la revolución de octubre de 1919, en este edificio se abrió la “Casa del Libro”, la librería más famosa de San Petersburgo. Hace unos años, el edificio fue completamente restaurado y ahora la tienda tiene 3 plantas e incluso una cafetería en el primer piso, de enormes ventanas con vistas a la avenida Nevsky. En la planta baja se puede ver y comprar guías turísticas, DVD’s, mapas, souvenirs y libros sobre San Petersburgo.

 IGLESIA DEL SALVADOR SOBRE LA SANGRE DERRAMADA

Tras almorzar en un Burger King en Nevsky Prospekt, giramos al norte por el canal Griboedova hasta alcanzar la iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, una magnífica catedral construida entre 1883 y 1907 en el sitio donde mataron al emperador Alejandro II. La primera piedra fue colocada por Alejandro III, hijo del difunto emperador, el 18 de octubre del año 1883.

La Catedral fue construida en estilo ruso a diferencia de otras iglesias y palacios de San Petersburgo y recuerda la sagrada Catedral de San Basilio en Moscú. Impacta recorrer su interior enteramente decorado con más de 7 mil metros cuadrados de mosaicos, diseñados y decorados especialmente por importantes artistas rusos, la mayoría con escenas bíblicas, aunque otros son simplemente decorativos. Una visita que no puedes olvidar.

Durante la Revolución de 1917, la iglesia fue severamente dañada y saqueada. A pesar de haber sido consagrada como Catedral en 1923, corrió el mismo destino que muchas otras iglesias con el gobierno del Sóviet, fue cerrada en 1932 y completamente abandonada. Incluso corrió el rumor de que sería demolida.

Más tarde, en la Segunda Guerra Mundial fue usada como depósito de alimentos, y después de la guerra se usó como depósito de la Ópera de San Petersburgo. Para ese entonces, no se conservaba prácticamente nada de la iglesia original.

Sin embargo, en 1970 se decidió la reconstrucción con fondos provenientes de la Catedral de San Isaac. La reinauguración se hizo en 1997 y, aunque no se celebran allí ninguno de los servicios habituales de una iglesia, cada semana se hace un réquiem en memoria de Alejandro II.

Griboyedov channel embankment, 2Б / Metro: Nevsky Prospekt (línea 2) y Gostiny Dvor (línea 3) / Autobuses: líneas 3, 7, 22 y 27 / Trolebuses: líneas 1, 5, 7, 10, 11 y 22
Lunes a domingo, excepto miércoles: 10:00 a 18:00 horas (de mayo a septiembre cierra a las 22:30 horas)
Entrada general: 450 RUB / Niños de 7 a 18 años: 200 RUB
 http://eng.cathedral.ru/en

Al salir de la iglesia nos internamos en el parque Mikhailovsky, donde se encuentra el castillo del mismo nombre, y que fue residencia del emperador Pablo I. Luego, aprovechando los beneficios de la Saint Petersburg Card, decidimos tomar uno de los buses turísticos tipo hop on-hop off para conocer la ciudad. En el camino, una de las cosas que llamó mi atención fueron las estatuas de los atlantes en la entrada del Nuevo Hermitage. Se trata de unas enormes esculturas de piedra negra, a las que según la leyenda, se les debe tocar los dedos del pie para tener buena suerte.

 FORTALEZA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

Así que después de recorrer algunos de los principales atractivos de San Petersburgo, nos bajamos en la parada junto a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, construida por orden de Pedro I el Grande después de la victoria en la guerra con Suecia para defender el territorio conquistado.

El 27 de mayo del año 1703, día de la colocación de la primera piedra, se considera como el día de la fundación de la ciudad. Pero a pesar de que la Fortaleza fue construida para proteger la ciudad, nunca entró en batalla y fue utilizada principalmente como cárcel de prisioneros políticos.

Mención aparte merece la Catedral de San Pedro y San Pablo que se encuentra en su interior, cuya construcción comenzó en 1712, para ser terminada en 1724 y consagrada en 1733. El estilo barroco de la catedral rompió la tradición de las catedrales ortodoxas rusas, pues se asemeja más al de las catedrales protestantes del occidente europeo, con su planta cuadrada y su altísima espira dorada rematada con un ángel sosteniendo una cruz. Con sus 122,5 metros es el edificio más alto del centro de San Petersburgo.

Tras visitar la Fortaleza aprovechamos de dar un paseo por los jardines que se encuentran junto a ella y que ofrecen unas magníficas vistas al río Neva. Incluso, en la parte sur de la isla, pegada a las murallas del fuerte, nos encontramos con una playa en la que los petersburgueses aprovechaban las horas de sol en primavera.

Sabías que en el interior de la catedral se encuentran las tumbas de casi todos los zares y miembros de la familia Romanov, desde Pedro I el Grande hasta el último emperador del Imperio Ruso Nicolás II, junto con su familia, que fueron fusilados por los bolcheviques en el año 1918, después de la Revolución.

 Descubre el legado de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo con este tour.

Isla de Záyachi / Metro: Gor’kovskaya (línea 2) / Autobuses: línea 46 / Tranvías: líneas 6 y 40
 Fortaleza: Lunes a domingo: 10:00 a 20:00 horas / Catedral: Lunes a domingo: 10:00 a 18:00 horas (martes hasta las 17:00 horas) / Miércoles: cerrado
 Catedral: 550 RUB
 https://www.spbmuseum.ru/themuseum/museum_complex/peterpaul_fortress/?lang_ui=en



 CRUCERO RÍO NEVA

Poco antes del atardecer, animados por las impresionantes vistas del Neva, utilizamos otro de los beneficios de la Saint Petersburg Card, un crucero por el río y sus puentes, y los canales, que la convierten en la “Venecia del Norte”.

Aquí pudimos apreciar dos de los principales puentes levadizos de la ciudad, el Troitskiy (o puente de la Trinidad) y el Puente del Palacio. El primero, de 582 metros de largo, fue obra de la compañía francesa Batignolles, que lo construyó entre 1897 y 1903, para el segundo centenario de la ciudad. Este puente de tres arcos es famoso por sus farolas de estilo art nouveau y la decoración de las barandillas.

Por su parte, el Puente del Palacio fue construido entre 1912 y 1916 y conecta la isla Vasilyevsky con el centro de la ciudad. Su longitud es de 260 metros y cada uno de sus brazos levadizos pesa 700 toneladas. Aunque yo no lo hice, vale la pena realizar el tour nocturno para observar el funcionamiento de los puentes, que pasadas las 1 de la madrugada, abren sus brazos para permitir el paso de los barcos.

Durante casi una hora y media, el barco navegó por los ríos Fontanka y Moika y canales como el Griboedova, oportunidad en la que pudimos ver el Museo Fabergé, célebre por sus joyas y sus singulares huevos; así como el teatro Mariinski, donde funciona una de las más famosas compañías de ballet de la historia.

Una buena recomendación es tomar el tour nocturno en barco para ver los puentes levadizos iluminados y su apertura. Este tour se realiza entre mayo y octubre a partir de la medianoche, porque los puentes sólo se abren en verano por la noche.

 Disfruta de un paseo en barco y contempla la iluminación de los puentes levadizos de San Petersburgo con este inolvidable tour nocturno.

 PALACIO DE PETERHOF

La mañana del tercer día desayunamos temprano, mientras conversábamos con Rita, la recepcionista del hotel, una simpática armenia fanática de la cultura hispana, razón por la cual se manejaba perfectamente en español.

Tras salir, nos fuimos directo al embarcadero junto al Puente del Palacio, donde tomamos un hydrofoil, un barco que en sólo 30 minutos nos trasladó al Palacio de Peterhof y que estaba incluido en la Saint Petersburg Card (SPC). En el viaje, a gran velocidad, pudimos ver desde lejos el estadio mundialista (la ciudad se preparaba para recibir el Mundial de Fútbol en un par de semanas) y el Lakhta Center, que con sus 462 metros de altura, es el edificio más alto de Europa.

Una fuerte ventisca nos recibió en el malecón de Peterhof. Las banderas flameaban intensamente y el día estaba impecablemente soleado, ideal para recorrer los jardines y el palacio. Así que después de validar nuestras entradas con la SPC, nos apresuramos en adelantar a la horda de chinos que con sus cámaras, comenzaban a invadir el Parque Inferior.

Peterhof está ubicado en el distrito Petrodvortsovy, a orillas del golfo de Finlandia, a unos 30 kilómetros al oeste de San Peteresburgo. Es uno de los sitios imperiales más famosos del mundo y hasta la Revolución de 1917, fue la residencia de los zares.

En 1918 se transformó en museo, aunque durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupado y destruido por las tropas alemanas. Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó su restauración. Hoy se le conoce como el “Versalles ruso” y es patrimonio de la UNESCO.

La historia de Peterhof se inicia cuando Pedro el Grande arrebata el delta del Neva a Suecia, por lo que comienza la construcción de varias fortalezas costeras, como la de San Pedro y San Pablo, para asegurar y defender su dominio en la región. Como supervisaba de forma personal el avance de las obras, debía viajar frecuentemente a esta zona.

Por sugerencia de su esposa, la emperatriz Catalina, decidió construir un lugar de residencia más cercano a la costa. En 1705, mandó levantar una casa de campo para pasar el verano. Sin embargo, pronto se dio cuenta que era un excelente lugar para un palacio imperial.

Por eso, en 1714, convocó a un grupo de arquitectos, paisajistas, ingenieros y artistas para diseñar tanto el palacio como los jardines que lo rodearían. La construcción del palacio y los suntuosos jardines circundantes comenzó ese mismo año y terminó en 1721, aunque el complejo continuó ampliándose con el paso del tiempo del tiempo, especialmente después de la visita de Pedro I a Versailles.

Pues bien, lo primero que hicimos fue recorrer el Parque Inferior, quizás más espectacular que el propio palacio, gracias a sus 18 piletas, que lo transforman en el complejo de fuentes más grande del mundo en sus más de 100 hectáreas. Cabe destacar que las piletas son alimentadas por un sistema de embalses y canales de más de 20 kilómetros de largo ideado por el mismo zar, el que no utiliza bombas, sino que son alimentadas por diferencias de altura y presión.

Aquí sin duda, la fuente más famosa es la Gran Cascada, construida en terrazas adornadas con más de 200 esculturas doradas y cuyos chorros de agua van descendiendo por 64 fuentes hasta llegar a un canal que lleva el agua al mar. Verdaderamente maravillosa y escenográfica, creo que me tomé mil fotos junto a cada uno de sus preciosos detalles.

La entrada al Parque Inferior cuesta 700 rublos (está incluida en la Saint Petersburg Card) y aparte de dar acceso a las fuentes, puedes visitar la Iglesia de San Pedro y San Pablo, que data de 1751; el museo de joyas y tesoros imperiales; el Palacio Monplaisir, la residencia favorita de Pedro I, donde se exhiben porcelanas, cristales y pinturas; el Hermitage, donde el zar organizaba comidas para sus amigos íntimos; y el Palacio Marly, un pequeño palacio construido junto a una colina artificial y entre estanques.

Ojo que las fuentes sólo funcionan de mayo a octubre, por lo que te aconsejo visitar Peterhof en primavera o verano para que puedas ver el lugar en todo su esplendor.

Después de recorrer el magnífico Parque Inferior, quisimos entrar al Gran Palacio. Sin embargo, los carteles estaban todos en ruso y no pudimos dar con la boletería. De todas formas, te cuento que fue diseñado por el arquitecto Jean-Baptiste Le Blond, según los dibujos y esquemas realizados por el mismo zar, que quería una residencia de dos pisos con dos alas, ubicada en la cima de una colina.

Pedro I siguió ampliando el palacio y las construcciones circundantes hasta su muerte en 1725, pero la verdadera transformación se produjo a partir de 1740, cuando llegó al trono su hija, la Emperatriz Isabel. Fue el arquitecto Francesco Rastrelli quien lo transformó en un lujosísimo palacio barroco, agregando, además, un piso, una nueva ala y una pequeña capilla. El estudio de Pedro I se conservó en su estado original.

Posteriormente, Catalina la Grande continuó ampliando y embelleciendo el palacio, en el que destacan la Escalera Ceremonial, el Salón de Baile, la Sala de los Retratos, la Sala China, la Sala de Audiencias, la Sala de Dibujo, y la imponente Sala del Trono.

Finalmente recorrimos el Jardín Superior, ubicado frente a la fachada sur del Gran Palacio y que puede visitarse de manera gratuita. Se trata de un jardín simétrico al estilo francés, con cinco fuentes, cada una de las cuales está coronada por una estatua: las Fuentes de los Embalses (que recolectan el agua para las fuentes del Parque Inferior), la Fuente de Neptuno, la Fuente del Roble y la Fuente Mezheumny.

Una visita que no puedes dejar de hacer si visitas San Petersburgo, sobre todo en primavera, cuando los jardines se encuentran florecidos y los días de sol hacen que el espectáculo sea perfecto.

 Disfruta una experiencia única recorriendo los jardines y el interior del Palacio de Peterhof con esta visita guiada.

Razvodnaya ulitsa, 2 / Autobuses: 200 y 210 / Minibuses: 224, 300, 424, 424-A, 103 (K-224), 420, 343, 639 y 404
 Gran Palacio: Lunes a domingo: 10:30 a 19:00 horas (jueves hasta las 21:00 horas) / Jardines: Lunes a domingo: 9:00 a 20:00 horas
 Gran Palacio: Entrada general: 1500 RUB / Menores de 16 años: entrada gratuita / Parque Inferior: Entrada general: 1200 RUB / Menores de 16 años: entrada gratuita / Parque Superior: entrada gratuita
 https://en.peterhofmuseum.ru

Para regresar a la ciudad optamos por tomar una marshrutka, unos minibuses privados que cubren algunas rutas y cobran por zonas, siendo más baratos que los taxis, pero algo más caros que los buses públicos.

La marshrutka nos llevó por los suburbios de San Petersburgo, donde pudimos apreciar la influencia soviética en los enormes bloques de departamentos, las grandes avenidas y los grandes espacios y parques. Nos bajamos en la estación del metro Avtovo, para mi gusto, una de las más lindas de la red. Desde aquí tomamos el metro hasta Gostinyy Dvor, en plena avenida Nevsky Prospekt.

Como ya era hora de almorzar, comimos algo rápido y doblamos por el canal Griboedova en dirección a la iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, la que atravesamos para llegar al Campo de Marte, originalmente un área pantanosa y que después de ser drenado en 1710, se convirtió en sitio para los mercados públicos y festividades.

Más tarde, a mediados del siglo XVIII, el zar Pablo I comenzó a utilizar los terrenos para ejercicios militares y los desfiles, por lo que comenzó a ser conocido como el Campo de Marte, el dios romano de la guerra. En el centro del parque se encuentra el Monumento a las Víctimas Revolucionarias, erigido en marzo de 1917 en honor a los que murieron durante las revoluciones de febrero de ese año.



 JARDÍN DE VERANO

Cruzando el Canal de los Cisnes, llegamos hasta el Jardín de Verano, uno de los parques más hermosos de la ciudad, cuya construcción comenzó en 1704 por orden de Pedro el Grande.

Pedro I ordenó traer toda clase de plantas, árboles, semillas, esculturas y columnas, desde todas partes de Rusia y también de otros países de Europa. En 1719, los Jardines estaban totalmente terminados, con sus 70 fuentes, unas 250 esculturas, senderos, laberintos, pabellones, un palomar y una gruta.

Como los jardines quedaron separados del Campo de Marte por un canal, el complejo se convirtió en una isla en la que los zares celebraban pequeñas fiestas y bailes cuando residían en el Palacio de Verano. Finalmente, en el siglo XIX, los Jardines fueron abiertos al público y una de las grutas fue transformada en una cafetería, donde nosotros aprovechamos de tomar un café y disfrutar del silencio y la tranquilidad que ofrece este precioso parque en medio de la ciudad.

Naberezhnaya Lebyazh’yey Kanavki / Autobuses: líneas 46 y 49 / Tranvías: línea 3
 Verano: Lunes a domingo: 10:00 a 21:00 / Invierno: Lunes a domingo: 10:00 a 19:30 horas
 Entrada gratuita

 MUSEO ESTATAL RUSO

Luego caminamos hacia el Museo Estatal Ruso, pasando frente al castillo Mijáilovski, más conocido como el castillo de los Ingenieros y que fue residencia del emperador Pablo I. La entrada también estaba incluida en la SPC, así que aprovechamos de conocerlo.

El Museo Estatal Ruso fue creado por el zar Nicolás II a partir de la colección privada de su padre Alejandro III, principalmente de arte ruso. Fue el primer museo de Bellas Artes de Rusia y se inauguró en 1898. La primera colección, de unas 445 piezas, comprendía pinturas, esculturas, objetos decorativos, láminas y grabados que provenían de distintas colecciones. Actualmente, alberga alrededor de 400.000 obras de arte ruso de todas las épocas, desde el siglo XI a la actualidad, repartidas en varias sedes: el Palacio Mikhailovskiy, el Castillo Mikhailovskiy, el Palacio Stroganov y el Palacio de Mármol.

Sabías que en el interior del Palacio Mikhailovskiy aún se conservan algunas estancias de la antigua residencia real, como son el vestíbulo y la Sala Blanca, espacios que destacan por su opulenta decoración.
Inzhenernaya St., 4 / Metro: Nevsky Prospekt (línea 2) o Gostiny Dvor (línea 3) / Autobuses: línea 49 / Tranvías: línea 3
 Lunes, miércoles, viernes, sábado y domingo: 10:00 a 18:00 horas / Jueves: 13:00 a 21:00 horas / Martes: cerrado
Adultos: 550 RUB / Estudiantes: 270 RUB / Menores de 7 años: entrada gratuita
 http://en.rusmuseum.ru

 MUSEO DEL TRANSPORTE ELÉCTRICO

Un nuevo día, tras visitar el Museo del Ferrocarril y el contiguo Jardín Yusupov, tomamos el metro hasta la estación Vasileostrovskaya, en la isla Vasilyevsky, desde donde caminamos unas 10 cuadras hasta el Museo del Transporte Eléctrico, que para nuestra sorpresa, estaba cerrado por las celebraciones del 315º aniversario de San Petersburgo.

Sin embargo, no nos íbamos a quedar de brazos cruzados, así que tocamos la puerta a una señora a la que en inglés, le explicamos que veníamos de Chile y que era nuestro último día en la ciudad. Después de varios minutos rogando, apareció un joven que, al parecer, llamó a su jefe y nos dejaron entrar.

Ubicado en un antiguo depósito de tranvías, en este museo se pueden apreciar siete modelos de trolebuses y 22 tranvías. Realmente vale la pena visitarlo si eres fanático de los sistemas de transporte como yo, ya que la colección es súper completa e interesante.

 Sredniy Prospekt, 77А / Metro: Vasileostrovskaya (línea 3) / Autobuses: línea 6 / Trolebuses: líneas 10 y 11 / Tranvías: líneas 6 y 40
 Miércoles a domingo: 10:00 a 18:00 horas (boletería abierta hasta las 17:00 horas) / Lunes y martes: cerrado
Entrada general: 450 RUB
 http://getmuseum.ru (en ruso)

 CATEDRAL DE SAN ISAAC

Almorzamos en un restorán sobre la avenida Sredny Prospekt, donde pagas la comida según su peso, y después nos fuimos hasta la Catedral de San Isaac, la que gracias a la altura de su cúpula (101,50 metros) es la catedral más grande de la ciudad y la cuarta más alta del mundo.

Su construcción comenzó el 1818, cuando Alejandro I encargó al arquitecto francés August Monferrand la construcción de una nueva iglesia. Sin embargo, Monferrand se encontró con graves problemas porque el terreno era demasiado blando y no iba a soportar el peso del edificio. Recurrió entonces a una técnica que se había usado en muchos edificios de Venecia: pilotes de madera enterrados sobre los que apoyan los cimientos.

La construcción terminó cuarenta años después, en 1858, y fue dedicada a San Isaac de Dalmacia, santo patrono de Pedro el Grande. Como dato curioso, el costo de su construcción fue diez veces superior al del Palacio de Invierno.

La planta de la Catedral tiene forma de cruz griega con una enorme cúpula central, recubierta de oro y que está sostenida por una columnata y una balaustrada decorada con 24 estatuas de ángeles y arcángeles. En tanto, las cuatro fachadas tienen aspecto de templo griego, cada una con una columnata rematada por un frontón triangular decorado con esculturas y relieves. Las puertas están profusamente decoradas con relieves que representan la historia de la cristiandad.

No obstante, si ya por fuera la Catedral es muy llamativa, su interior te dejará realmente sin palabras, tanto por su tamaño (tiene capacidad para 14.000 personas) como por los materiales que se usaron. Y es que todo reluce con coloridos mosaicos, columnas de malaquita y lapislázuli, mármoles de 14 colores diferentes e impresionantes frescos.

Hay 350 esculturas de santos, ángeles y apóstoles en nichos decorando las bóvedas y cúpulas. Las paredes están decoradas con 103 frescos y 52 enormes mosaicos que totalizan 500 metros cuadrados. El bellísimo fresco de la cúpula central representa a María rodeada por los santos. Visitar la Catedral de San Isaac es una experiencia sobrecogedora debido a su amplitud y belleza.

Incluida en la entrada con la SPC, está el acceso al mirador ubicado en la columnata bajo la cúpula, desde donde se tiene una espectacular vista en 360 grados de la ciudad. Eso sí debes tener en cuenta que para subir son 226 escalones y no hay ascensor.

Sabías que cada una de las 112 enormes columnas corintias es de granito de una sola pieza y pesa 114 toneladas.

 Maravíllate con la historia de las catedrales de Kazán, San Isaac y de la Sangre Derramada en este tour en español.

St Isaac’s Square, 4 / Metro: Admiralteyskaya (línea 5) / Autobuses: líneas 3, 22, 27, 70 y 71 / Trolebuses: líneas 5 y 22
 Lunes a domingo (excepto los miércoles): 10:30 a 18:00 horas / De mayo a septiembre abierto hasta las 21:30 horas
Entrada general: 450 RUB / Niños de 7 a 18 años: 200 RUB
 http://eng.cathedral.ru

Después de capturar fotos de la ciudad en todas las direcciones y ángulos, caminamos por la orilla del Neva, frente al edificio del Admiralty, hasta llegar al Puente del Palacio. Y mientras cruzábamos el puente aprovechamos de tomar unas fotos del Palacio de Invierno al atardecer.

 COLUMNAS ROSTRALES

Al otro lado, recorrimos la Plaza de la Bolsa, donde sobresalen las Columnas Rostrales, monumento a la gloria marítima rusa y que se construyeron en 1810 en el Cabo de la isla Vasilievsky. De 60 metros de alto y color rojizo, están decoradas con proas de barcos con motivo de la celebración de algunas victorias navales y con figuras de piedra que simbolizan los cuatros ríos principales de Rusia: Vóljov, Dnéper, Volga y Neva. Antiguamente, estas columnas funcionaban como faros, pero hoy en día, las antorchas solamente se encienden para celebrar el Día de la Marina, el 31 de julio.

Frente a ellas está el antiguo edificio de la Bolsa, que actualmente alberga el Museo Naval Central y que es el edificio principal del complejo arquitectónico de la Strelka. Como casi todas las grandes obras en la ciudad, la construcción fue encargada por Pedro el Grande, quien quería un edificio similar al de la Bolsa de Ámsterdam. De estilo neoclásico, su edificación se inició en 1783, pero las obras se abandonaron cuatro años después, por discrepancias sobre el proyecto original.

 PALACIO MENSHIKOV

Finalmente, ya casi al atardecer, fuimos al Palacio Menshikov, el primer gran edificio de piedra de San Petersburgo y la casa más lujosa de aquellos tiempos. Fue construido en 1720 para el amigo y cortesano de Pedro el Grande, el príncipe Alejandro Menshikov, primer gobernador general de la ciudad. En la actualidad, es la única estructura privada sobreviviente de principios del siglo XVIII.

Diseñado por los arquitectos italianos, el exterior combina un estilo barroco occidental con la arquitectura tradicional de Rusia, que ha sido llamado “barroco petrino”. En el interior, las salas donde se celebraron los primeros bailes en la ciudad han sido restauradas a su estado original, con suelos de parqué, tejas y detalles en mármol holandés.

En este palacio, Menshikov daba grandes fiestas, algunas en nombre del zar. A Pedro el Grande le gustaba este palacio, pues aquí recibía a los embajadores, organizaba asambleas y opulentos festines. Los invitados solían cruzar el Neva en barco para ser recibidos por una gran orquesta. En el Gran Salón, decorado en oro y estuco, se celebraban los bailes y banquetes.

Y es que visitar este palacio es como transportarse al siglo XVIII, ya que el edificio conserva su belleza y elegancia, con esculturas, pinturas, grabados y muebles de los mejores artistas y pintores de la época.

Universitetskaya Naberezhnaya, 15 / Autobuses: líneas 6, 7, 10, 24, 47 y 191 / Trolebuses: líneas 1, 7, 10 y 11
Martes, jueves, sábado y domingo: 10:30 a 17:00 horas / Miércoles y viernes: 10:30 a 20:00 horas / Lunes: cerrado
Entrada general: 600 RUB
 https://www.hermitagemuseum.org/wps/portal/hermitage/visitus/menshikov-palace?lng=en



 PALACIO DE CATALINA

Una nueva jornada nos llevó 24 kilómetros al sur de San Petersburgo para conocer el Palacio de Catalina, otra de las fantásticas creaciones de Pedro el Grande y su esposa, Catalina I, y uno de los palacios más importantes de toda Rusia.

Tras la reconquista de Pedro el Grande de la costa rusa sobre el Báltico, en 1710transfirió la posesión de esas tierras a Catalina, en ese momento su prometida, con quien se casó en 1712.

Entre 1710 y 1720 se levantaron numerosos edificios, alrededor de los cuales se formó una aldea, a la que se llamó Sarskoye Selo primero, y Tsarskoye Selo (Villa del Zar) a partir de la construcción del palacio.

Sin embargo, hay que saber que el impresionante Palacio de Catalina, fue originalmente un modesto edificio de dos plantas construido en 1717 como regalo del zar a su esposa. Fue su hija y sucesora, Isabel I quien ordenó la reconstrucción del palacio, tarea que comenzó en 1743 y que fue encomendada a Bartholomeo Rastrelli, arquitecto de la Corte Imperial, que convirtió el palacio en un bello ejemplo de arquitectura barroca rusa. Pero también, gracias a las remodelaciones posteriores, es el primer palacio ruso con interiores decorados en estilo Art Nouveau.

La fachada del Palacio de Catalina está decorada con franjas blancas y azules, esculturas, rejas profundamente trabajadas bañadas en oro, columnas y relieves. Isabel usó más de 100 kilogramos de oro para bañar molduras, esculturas y relieves de la fachada.

Cuando Catalina la Grande asumió el trono amplió aún más las instalaciones del complejo, añadiendo al palacio salas y jardines, apartamentos para su uso personal, pabellones y puentes en los jardines y construyó otro palacio, el Palacio de Alexander, de estilo neoclásico, como regalo de casamiento para su nieto, el futuro zar Alexander I.

El interior del palacio asombra por su lujosa decoración, llena de mármoles, dorados, pisos de madera, relieves, molduras, columnas, y frescos en paredes y techos. No obstante, uno de los salones que se debe visitar es La Gran Sala o Sala de las Luces, la sala más grande del palacio, en la que se celebraban bailes, recepciones oficiales y banquetes.

También está La Cámara de Ámbar, donde los paneles que cubren las paredes, los zócalos y muebles, están cubiertos por miles de astillas de ámbar. Tanto el ámbar como algunos paneles terminados fueron un regalo para Pedro I de parte de Federico Guillermo I, rey de Prusia. Catalina II ordenó reemplazar algunos  paneles de la sala, que estaban pintados, por nuevos paneles hechos de ámbar. También se hicieron pedestales para las columnas y molduras. En total se usaron 450 kilos de ámbar.

En cuanto a los jardines, se dividen en el Jardín Antiguo u Holandés y el Jardín Inglés. El primero está diseñado en forma de terrazas y se ubica al frente del palacio. Un curso de agua, llamado Vaganza, baja de una terraza a la otra alimentando las fuentes. Está decorado con esculturas y un gran lago.

Para el Jardín Inglés, en tanto, se crearon colinas artificiales, cursos de agua y se plantaron plantas de diversas especies. El paisaje se completa con puentes, columnas, esculturas, obeliscos, pirámides y varios pabellones como la Sala de las Islas, usada para conciertos y descanso; el Baño Turco, decorado al estilo marroquí; la sala de Conciertos, concebida como un templo dedicado a la diosa Ceres; y el Pabellón Chino o Casa de Verano.

Sabías que el sitio fue residencia de verano de los zares hasta 1917, en que los jardines y palacio fueron convertidos en museo, escuela y hospital para niños. En 1937, para el 100º aniversario de la muerte de Alexander Pushkin, la aldea fue rebautizada con el apellido del escritor. A partir de 1983, los jardines que rodean el palacio fueron declarados reserva nacional.

 Sumérgete en los lujos, excentricidades e historia del Palacio de Catalina con esta excursión a Pushkin.

Garden St, 7, Pushkin / Tren: suburbano desde la estación Vitebsky hasta la estación Tsarkoye Selo y luego, autobús líneas 371 o 382, o minibús líneas 371, 377 o 382.
 Palacio de Catalina: Lunes a domingo: 10:00 a 18:00 horas (cerrado los martes) / Jardín de Catalina: Lunes a domingo: 7:00 a 21:00 horas
 Palacio de Catalina: Entrada general: 1050 RUB / Jóvenes de 16 a 18 años: 530 RUB / Menores de 16 años: entrada gratuita / Jardín de Catalina: Entrada general: 170 RUB / Jóvenes de 14 a 18 años: 90 RUB / Menores de 14 años: entrada gratuita / Desde finales de octubre al 15 de abril: entrada gratuita
 https://www.tzar.ru/en/objects/ekaterininsky

 MUSEO FABERGÉ

De regreso en la ciudad, fuimos al Museo Fabergé, inaugurado el 2013 para mostrar las bellas piezas fabricadas por el joyero oficial de la corte imperial rusa. Instalado en el Palacio Shuvalov, el museo museo alberga más de 1500 piezas, incluyendo nueve huevos imperiales y seis huevos más no imperiales. También se exhiben pitilleras, relojes, joyas, objetos religiosos, marcos de retratos y juegos de cubiertos.

Karl Gustavovich Fabergé fue un joyero ruso nacido en 1846 que se convirtió en el orfebre y joyero oficial de la corte imperial rusa y de otras monarquías de Europa. Sin embargo, sus obras más famosas son, sin duda, los 69 huevos de Pascua que creó entre 1885 y 1917, once de los cuales fueron regalos del zar Alejandro III a su esposa.

Lamentablemente, la llegada de la Revolución Rusa puso fin a la joyería y también  hizo que muchos de los huevos de Pascua y otras joyas de Fabergé desaparecieran.

Sabías que actualmente hay 61 huevos Fabergé que han sido localizados. Los ocho restantes continúan sin aparecer. 
Fontanka river embankment, 21 / Metro: Nevsky Prospect (línea 2) y Gostiny Dvor (línea 3) / Autobuses: 7, 24, 27 y 128
 Lunes a domingo: 10:00 a 20:45 horas
Entrada general: 500 RUB / Audioguía: 250 RUB / Menores de 7 años: entrada gratuita
 https://fabergemuseum.ru/en/

 TEATRO MARIINSKY

Ya entrada la tarde llegamos al Teatro Mariinsky, que con más de 100 años de historia es un fiel reflejo de los periodos históricos más importantes del país, como son el imperio ruso y la época soviética.

Inaugurado en 1859, el teatro ha sufrido diferentes reformas y es uno de los teatros más antiguos y emblemáticos de Rusia junto con el Teatro Bolshoi de Moscú. A lo largo de su historia el teatro ha visto nacer y crecer a gran parte de los artistas rusos de renombre, especialmente bailarines de ballet y cantantes de ópera.

Tras su fachada verde escasamente llamativa, se esconde un interior exuberante decorado con mármol y piedras semi preciosas, además de lámparas de cristales que le aportan un carácter elegante y acogedor.

Theatre Square, 1 / Autobuses: líneas 2, 3, 6, 22, 27, 50, 71 y 100
 Los precios varían según la obra representada
 https://www.mariinsky.ru/en

El último día, mientras desayunábamos, nos despedimos de Anastassia, otra de las simpáticas recepcionistas del hotel, que nos orientó durante nuestra estadía. Rumbo al metro, pudimos disfrutar de las últimas imágenes de esta maravillosa ciudad, engalanada para celebrar su 315º aniversario y recibir el Mundial de Fútbol.

En la estación Moskovskiy, luego de pasar por el control de rayos X que los rusos realizan en todas las paradas de metro y trenes, además de centros comerciales y museos, abordamos el Sapsan, el tren de alta velocidad que nos llevaría a Moscú en exactas cuatro horas.

 MAPA

 QUÉ Y DÓNDE COMPRAR

La lista de los souvenirs que puedes comprar en San Petersburgo es de lo más variada y va desde lo más típic que son las matrioshkas y el vodka, hasta porcelana, chales y pañuelos.

La matrioshka es, sin lugar a dudas, un icono de Rusia. Son un conjunto de muñequitas de madera de diferentes tamaños que se colocan unas dentro de las otras, aunque el mínimo es tres. La matriohska representa la vida, la fertilidad, la familia, el hogar y el bienestar. Las encuentras en todas las tiendas de San Petersburgo.

Otros recuerdos típicos de San Petersburgo son las réplicas de los Huevos Fabergé, creados en sus comienzos como piezas de arte de valor incalculable para la alta nobleza; y las joyas y piezas de ámbar, del cual Rusia cuenta con la mayor parte de la reserva mundial.

Ahora, si buscas algo bien autóctono pero, además, bello y de gran calidad, no dudes en comprar algún producto de la Fábrica Imperial de Porcelana, ubicada en Lomonosov. La producción se hace con técnicas tradicionales y todavía, en ocasiones, se sigue decorando a mano. Puedes comprar en la fábrica misma o en los centros comerciales Gostiny Dvor, Sennaya y Passage, y en Avenida Nevsky 160. También están las porcelanas de Ghzel, caracterizada por los dibujos pintados a mano en azul cobalto sobre fondo blanco.

En cuanto a ropa, destacan los chales y pañuelos de Pavlovski Posad, una antigua fábrica de pañuelos y chales de lana que, con el tiempo, se convirtieron en un producto típico ruso. El dibujo tradicional de estos chales son las rosas, símbolo de la marca. Símbolo de estatus y utilizados para combatir las temperaturas extremas que se alcanzan en la ciudad durante los duros meses de invierno, los abrigos de piel más populares que se pueden comprar en San Petersburgo son los de visón, zorro polar y armiño.

La artesanía de madera está representada por la vajilla de “Jojlomá”, un antiguo pueblo ruso donde nació esta artesanía en madera, fácilmente reconocible por los motivos de flores y bayas, y los increíbles colores y acabados. No es sólo decorativa, se puede usar perfectamente para comer. Las cajitas de Palej, típica artesanía rusa en madera, están cubiertas de miniaturas, pintadas a mano y laqueadas. Los motivos son tradicionales rusos, ya sea de la mitología, los cuentos de hadas o las canciones folclóricas.

Y, por supuesto, un recuerdo ideal para los apasionados de la historia son los recuerdos de la antigua URSS, los que encontrarás en tiendas de regalos y mercados.

Por último, si no sabes qué comprar en San Petersburgo, los productos gastronómicos siempre son un acierto. El caviar rojo (de salmón) se compra enlatado en cualquier supermercado o tienda de alimentos. El caviar negro está prohibido en Rusia porque el esturión está en peligro de extinción. Respecto al vodka, lo hay de muchas variedades y precios, aunque te recomiendo elegir uno de buena calidad. El Russki Standar está considerado como el mejor vodka ruso genérico, es decir, de muy buena calidad pero sin salirse del estándar. El Stolichnaya o “Stoli” es un vodka clásico de cuatro destilaciones. Otras muy buenas marcas son Putinka, Russian Royal, Russian Imperia, Russian Ice & Hammer, Sickle y Zyr.

 QUÉ Y DÓNDE COMER

La gastronomía tradicional rusa es sencilla y las comidas se basan pocos elementos, como ensaladas, sopas, pescado y blinis. Una comida típica tiene dos platos y postre. El primer plato puede ser una ensalada o una sopa, caliente o fría, según la estación; mientras que el segundo o plato fuerte es un plato caliente basado en pollo, pescado o carne, con una guarnición. Finalmente viene el postre, que se acompaña con café o té. El pan de consumo habitual es el pan negro, hecho con harina de centeno.

Las sopas nunca pueden faltar en un menú típico ruso, ya sean frías o calientes. La sopa más famosa y popular de la cocina rusa es la llamada “schi”, un plato típico muy antiguo, cuyos ingredientes son la col (base de la sopa), zanahoria, laurel y perejil, condimentos picantes como cebolla, ajo, apio, pimienta; un elemento agrio como crema agria, manzanas o salmuera de col. Puede llevar, en forma optativa, trozos de carne y setas.

Otra sopa típica es el “borscht”, de origen ucraniano, a base de remolacha, con tomates, patatas, col y carne, y a la que se puede agregar crema agria o “smetana” para darle textura. La salianka o solianka es otra sopa que lleva pepinillos encurtidos, tomate, aceitunas, col, crema agria, rebanadas de limón, a los que se añade carne, pescado o setas.

Las masas se usan en una enorme variedad de preparaciones dulces y saladas y con todo tipo de rellenos. Aquí, sin duda, los blinis son la preparación más famosa, una masa en forma de crepe que se puede rellenar con preparaciones saladas como segundo plato, o dulces como postre.

Otras masas características son la kulebiaka, una empanada grande y alargada, que se puede rellenar con carne, pescado, remolacha, arroz, setas, verduras, etc. Los vareniki son una especie de empanaditas que suelen tener relleno de vegetales, papa o champiñones. Se cocinan en agua hirviendo y se sirven con cualquier salsa. También se preparan dulces, con relleno de cerezas. Por último, los pelmeni son parecidos a los ravioles, con relleno de carne de res, pollo o salmón. Se hierven y se sirven con crema agria, mantequilla, o también con rábano picante o mostaza.

El shaslik, platos típicos rusos a base de carne, es una suerte de brocheta con trocitos de carne y que se acompaña con ensaladas y salsa de tomate. Otro plato tradicional es la ternera Strogonoff con salsa de champiñones, nata y mostaza; una receta que surgió por casualidad, como una medida ingeniosa ante la falta de carne para preparar un menú.

Y en cuanto a las ensaladas, no hay que olvidarse de la ensalada Olivier, conocida a nivel mundial como ensalada rusa y que está preparada a base de papas, mayonesa, pepinillos y carne.

Los rusos son amantes de los dulces y hay infinidad de postres y platos dulces para acompañar el café o té. La  Kasha Guriev tiene como característica que casi no lleva harina en su preparación, a diferencia de la mayoría. La base es sémola cocida en leche a la que se agregan frutas secas, pasas y nata. El Ptichie moloko o “Leche de pájaro” es una especie de tarta con base de manzana y rellena con un souffle de leche condensada, mantequilla, huevos y especias, todo cubierto con un glaseado de chocolate.

Ojo que si vas a San Petersburgo en verano, no puedes dejar de tomar Kvas, una bebida tradicional muy refrescante que tiene una muy baja graduación alcohólica, ya que se trata de un fermentado suave de una mezcla de harina de centeno y malta, o de harina de salvado y pan de centeno.

  • Marketplace: Se trata de una cadena de restaurantes tipo buffet con varios locales en la ciudad, cuya gracia es que cuentan con varias secciones con todo tipo de comidas como ensaladas, carnes, pastas, wok, etc. Aquí, los precios van en función del peso, así que puedes elegir lo que quieras, ellos lo pesan y, al final, pagas.
  • Teremok: Esta cadena de restaurantes de comida rápida rusa es otra buena opción para comer barato en San Petersburgo. Tienen bastante variedad y menú en inglés, lo que siempre ayuda.
  • Stolovaya Nº1 (Griboyedov channel embankment, 14): Muy recomendable para probar comida tradicional rusa sin gastar demasiado. Escoges una bandeja y vas eligiendo los platos que te apetezcan. Ubicado en pleno centro de la ciudad, está ambientado en el pasado con carteles de la época soviética.
  • Severyanin (Stolyarnyy, 18): Es un restaurante típico de comida rusa local que está decorado como si estuvieses en el comedor de tu casa. Ideal para ir en pareja en modo cita romántica.
  • Pelmenya (Fontanka River Embankment, 25): Su especialidad son los típicos “pelmeni” y todo tipo de dumplings, tanto de Rusia como de otros países como Ucrania o China. Además tienen sopas y cremas para acompañar.
  • Teplo (Bolshaya Morskaya, 45): Situado muy cerca de la Catedral de San Isaac, se trata de uno de esos lugares con encanto. Tiene una terraza muy bonita, además de muchísimas salas, todas decoradas de forma diferente. Incluso, si vas con niños será su paraíso, ya que tiene una sala llena de juguetes.
  • Pyshechka (Griboyedov channel embankment, 56-58): Es un local legendario en el que se preparan los mejores “donut” de toda Rusia, según dicen. Un buen sitio para desayunar acompañados de un café, té o zumo. Además la cafetería es muy bonita, lo que la convierte en un sitio ideal si necesitas recargar energías.

 CLIMA

El clima más favorable para viajar a San Petersburgo es entre mayo y septiembre, cuando no hace frío, la temperatura es agradable (15 a 25ºC) y los días son largos. Estos meses son la temporada turística alta, sobre todo el mes de junio (por las famosas “Noches Blancas”), lo que se refleja también en los precios.

La primavera comienza en mayo, cuando aparece la vegetación. Antes, en abril se puede observar el deshielo del río Neva. En mayo está lleno de fiestas, como la fiesta del 9 de mayo, “Día de la Victoria”, en que se celebra la victoria contra las tropas alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Además, el 27 de mayo se celebra el cumpleaños de la ciudad, con conciertos, espectáculos, desfiles, carnavales, etc.

El verano es la época de las famosas “Noches Blancas”, cuando el sol está presente en el horizonte 19 horas al día y nunca se oscurece por completo. Durante estas noches, las calles y los malecones del río Neva están llenos de la gente paseando, disfrutando y observando la elevación de los puentes. Muchas cafeterías, bares y terrazas están abiertas toda la noche. En verano, la temperatura varía de 10 a 30ºC. Sin embargo, la peculiaridad es que el tiempo puede cambiar muy rápidamente durante el día.

El otoño se caracteriza por el regreso de las vacaciones y porque las hojas de los árboles se vuelven amarillas y rojas. A mediados de septiembre empieza la temporada teatral. Es una buena y tranquila época para viajar, además, más económica que el verano.

Ir en invierno a San Petersburgo puede ser una experiencia interesante e inolvidable, ya que toda la ciudad está cubierta por la nieve. Te sorprenderá ver los canales y sobre todo, el río Neva congelados. A principios de diciembre, en las principales plazas se montan los árboles de Navidad y las calles se adornan con iluminación festiva.

 ALOJAMIENTO

En cuanto a precios se refiere, los hoteles más caros de la ciudad se encuentran en la zona céntrica, en torno a la Catedral de San Isaac, especialmente porque en esta parte están los hoteles de mayor categoría, con cuatro y cinco estrellas. Los precios, como en casi cualquier ciudad, van bajando mientras los alojamientos se alejan del centro.

Las mejores zonas donde hospedarse en San Petersburgo se concentran en tres grandes áreas: el centro histórico en la zona continental, donde se encuentran los mayores atractivos turísticos, y que se corresponde con los distritos de Tsentralny y Admiralteyskiy; la isla del distrito de Vasileostrovsky, al noroeste; y la isla de Petrogradskiy, al norte.

Tsentralny: es el distrito más visitado, con mayor número de restaurantes y zonas de ocio, rodeado por el río Nevá al oeste y norte y el Canal Obvodny al sur. Es la zona con más alojamientos de la ciudad y la mayor densidad se da en la avenida Nevsky Prospekt.

Admiralteyskiy: se encuentra al oeste de Tsentralny y es algo más tranquilo y con menos alojamiento disponible. Esta es la zona más antigua del casco histórico y donde encontrarás monumentos como la Catedral de San Isaac, el Palacio de Moika o el Teatro Mariinski.

Vasileostrovsky: la bifurcación del río Nevá crea varias islas al norte de la ciudad, entre ellas la isla Vasiliesvky, que pertenece al distrito Vesileostrovskiy. Se trata de una zona más residencial y poblada de estudiantes, que cuenta con varios hoteles de cuatro y cinco estrellas en la zona este, alrededor del Palacio Ménshikov. Los alojamientos aquí tienen un precio medio inferior al de la zona centro, al otro lado del río.

Petrogradskiy: en esta zona, el 90% de los alojamientos son apartamentos y minihoteles, los que se concentran mayormente en la avenida Bolshoy y en la zona sur de la isla, alrededor del Museo Bélico. Aquí también se encuentran la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, el Jardín Botánico y el Zoológico. Es el mejor distrito para alojar para familias y estancias tranquilas.

 TRANSPORTE

La mejor manera para desplazarse por San Petersburgo es en el transporte público, ya sea en metro, autobús, trolebús y también en tranvía en algunas áreas. Además, operan unos minibuses denominados “Marshrutkas”, así como taxis.

 METRO

La mejor manera de moverse por la ciudad es utilizando el metro, ya que se trata del método de transporte más rápido. Aunque el metro de San Petersburgo no es tan espectacular como el metro de Moscú, algunas de sus estaciones son auténticas obras de arte que vale la pena visitar: Ploshchad Vosstaniya, Tekhnologichesky Institut, Baltiyskaya, Narvskaya, Kirosky Zavod o Avtovo.

Además, el Metro de San Petersburgo tiene el récord de ser el más profundo del mundo, es el segundo más largo de Rusia (después del metro de Moscú) y cuenta con 5 líneas y 69 estaciones, cada una de las cuales tiene su propio nombre, aunque se las suele denominar por su color (la línea roja, la línea azul, etc).

El costo del billete es de 45 rublos. Ojo que el metro de San Petersburgo todavía utiliza el sistema de tokens (monedas), los que se pueden comprar en las boleterías de cada estación. Ojo que si llevas maletas grandes, es probable que necesites comprar un token adicional para pasar por los torniquetes.

El metro opera entre las 5:45 y las 00:30, con una frecuencia de 2 a 3 minutos. Ten en cuenta que las estaciones donde se puede hacer combinación llevan dos o tres nombres, uno por cada línea que converge.

 TRANVÍAS

El tranvía de San Petersburgo cuenta con 39 líneas, 35 de las cuales funcionan diariamente (las otras son refuerzos de fines de semana y festivos) y funcionan entre las 6 de la mañana y la medianoche. El billete se compra al conductor del tranvía. Lo ideal es tener monedas y billetes de baja denominación para pagar, o una tarjeta de transporte.

El valor del billete individual es de 28 rublos. Las paradas están indicadas con señales en blanco con las letras “Tp” en negro.

 AUTOBUSES

La red de autobuses tiene alrededor de 250 rutas, entre urbanas y suburbanas. Sin embargo, a pesar de sus amplios recorridos, el autobús no es la mejor opción porque los atascos de tráfico son frecuentes y en las horas punta van muy llenos.

Los autobuses funcionan entre las 5:30 y las 00:30. Hay algunos autobuses nocturnos que funcionan sólo los fines de semana con intervalos de quince minutos y hacen las mismas rutas que las líneas de metro.

Las paradas de autobuses están identificadas por una señal de color blanco con la letra “A”. Los autobuses públicos son de color verde y blanco o amarillo. El billete individual de autobús cuesta 28 rublos, tanto de día como de noche y se compra a bordo.

 TROLEBUSES

La red de trolebuses cubre casi toda la ciudad con sus 44 rutas. El mayor problema es la lentitud ya que, al no poder cambiar de carril, pueden quedar atrapados en algún atasco.

El billete individual de trolebús cuesta 28 rublos. Se aceptan tarjetas de transporte, que se verifican en los lectores instalados junto a la puerta. Las paradas están indicadas con señales de una letra “T” en azul.

 MARSHRUTKA

La marshrutka o marshrutnoe taksi es un transporte muy popular en San Petersburgo, a pesar de ser transporte privado y más caro que el transporte público. Verás estas furgonetas blancas o mini buses por toda la ciudad, ya que su uso se ha extendido tanto que incluso han reemplazado a los autobuses en ciertas rutas. Aunque no son muy cómodas, porque el espacio entre asientos es pequeño, el servicio es rápido y eficiente.

Llegan a casi todos los puntos de la ciudad, aunque las rutas no siempre coinciden con las de los autobuses. Las marshrutka están identificadas con una letra “K” antes del número.

 TARJETAS DE TRANSPORTE 

Existe el billete unificado multiuso, que es válido para realizar viajes ilimitados en cualquier tipo de transporte (metro, autobús, trolebús o tranvía) durante 1, 2, 3, 4, 5, 6 o hasta 7 días. Conviene si tienes previsto realizar varios trayectos al día.

También puedes comprar la tarjeta Podorozhnik, que es recargable y que también funciona en todos los sistemas de transporte públicos. Puedes comprarla (y recargarla) en las boleterías de las estaciones del metro. Para comprar la tarjeta hay que pagar un depósito de 60 rublos (recuperables si la devuelves antes de 45 días desde la fecha de la compra). También puede recargarse online.

Cada vez que pases la tarjeta por los tornos, esta descuenta el precio del billete: 36 rublos en metro y 31 rublos en los transportes en superficie. Eso sí, tiene un solo problema, ya que no es posible recuperar el dinero no utilizado de la tarjeta. Por ello, hay que recargarla con la cantidad aproximada que estimes que vayas a utilizar.

 TIPS VIAJEROS

  • Si bien en general, los rusos no suelen hablar inglés, la gente joven sí habla inglés. Además, en la mayoría de los hoteles y restaurantes encontrarás a alguien que hable inglés sin problemas. De todas formas, es recomendable que lleves tu viaje algo planeado: descarga los mapas en alguna aplicación (yo recomiendo maps.me), marca los lugares que tienes que ver, busca previamente cómo llegar, etc.
  • No olvides tu paraguas. La ubicación geográfica de San Petersburgo hace que tenga un clima muy cambiante, por lo que siempre es bueno estar preparado para la lluvia, el viento o los cambios bruscos de temperatura.
  • Los rusos no son muy propensos a hacer filas, por lo que no te extrañes si estás esperando para comprar tu entrada en algún museo y uno de ellos se te cuela por delante.
  • Si necesitas cambiar dinero, tanto en los bancos como en las casas de cambio sólo aceptan billetes en perfecto estado, sin marcas ni roturas, y que no estén muy viejos o ajados. Lleva tu pasaporte porque te lo pedirán para hacer la operación. También puedes cambiar moneda en los cajeros automáticos, aunque en las casas de cambio conseguirás la mejor tasa.
  • Cuando cambies dinero, asegúrate de conseguir billetes de baja denominación, porque en muchas tiendas pequeñas y kioscos, como también en el transporte público, no aceptan billetes grandes (de 1000 RUB en adelante).

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