Australia nunca fue un destino que me llamara la atención. Fue con ese mínimo nivel de expectativas que llegué a Sydney en nuestro camino hacia el sudeste asiático.

Después de 19 horas de vuelo, incluida una escala en Auckland, llegamos más que cansados a Sydney, la mañana del primer domingo de abril. Luego de los papeleos de inmigración y de retirar las maletas, tomamos un taxi (no teníamos las fuerzas para tomar tren o bus) que nos llevó al Ibis Darling Harbour, nuestro hotel en esta primera parada en la ciudad.

LOS 14 LUGARES QUE NO TE DEBES PERDER

DARLING HARBOUR

Como siempre, después de instalarnos en el hotel, descansar unos minutos y tomar una ducha, nos fuimos a recorrer la ciudad, partiendo por Darling Harbour, una bahía conocida como Cove hasta 1826, cuando el general Ralph Darling, gobernador de Nueva Gales del Sur entre los años 1825 y 1831, le dio su nombre.

En 1984 el Gobierno decidió reconstruir Darling Harbour y “devolverlo a la gente de Sydney” para las celebraciones del bicentenario de Australia. De esta manera, la Reina Elizabeth II inauguró formalmente Darling Harbour, el 4 de mayo de 1988, con el Acuario de Sydney como primera atracción. Pronto, siguieron museos, tiendas, restoranes, hoteles y bares. Más tarde, el 2000, el lugar acogió cinco deportes durante los Juegos Olímpicos.

En la actualidad es un gran espacio recreativo situado al oeste del distrito de negocios de Sydney, en el que se encuentran lugares de interés tales como el centro comercial Harbourside, el Sydney Convention and Exhibition Centre, el Australian National Maritime Museum y el Madame Tussauds, entre otros.

CBD (CENTRAL BUSINESS DISTRICT)

Cruzando el puente Pyrmont, uno de los puentes giratorios de accionamiento eléctrico más antiguos del mundo, llegamos al CBD, el centro financiero de la ciudad. Ahí caminamos por Pitt Street, la calle peatonal donde se encuentran las tiendas insignias de las principales marcas a nivel mundial.

En la esquina de Market Street está la Sydney Tower o AMP Tower, que es la tercera torre más alta del hemisferio sur con 309 metros de altura, después de la Queensland Number One (323 metros) en Gold Coast, Australia, y la Sky Tower (328 metros) en Auckland, Nueva Zelanda.

La torre cuenta con 3 ascensores de que transportan anualmente a aproximadamente a 800 mil visitantes hasta el Observation Deck, un mirador ubicado a 250 metros de altura, que ofrece una vista panorámica de 360 grados, además de un par de restoranes y un café. Y aunque nos fascinan los miradores, esta vez no subimos para ver la ciudad desde arriba.

Los más valientes, en tanto, pueden animarse con el Skywalk, una caminata de 45 minutos, a 260 metros de altura sobre una superficie transparente, en la que tendrán la sensación de estar caminando en el aire, con el viento rozándoles la cara.

Sabías que desde lo alto de la torre, la vista tiene un alcance de 85 kilómetros, más allá del puerto natural de Sydney en el norte, el océano Pacífico al este, la Bahía Botany al sur y las Blue Mountains al oeste.

Anímate a disfrutar de unas vistas de ensueño, experiencia 4D y paneles interactivos subiendo a la Sydney Tower.

 Westfield Sydney: Pitt Street esquina Market Street
 Lunes a domingo: 9:00 a 21:00 horas
 Ver precios en: https://www.sydneytowereye.com.au/tickets/
 https://www.sydneytowereye.com.au

También en el centro pasamos por el Queen Victoria Building, un edificio que representa férreamente la época del renacimiento románico y que fue abierto en 1898 como un mercado para los sastres, los comerciantes textiles, peluqueros, las floristerías y las cafeterías, las salas de exposiciones y los salones de conciertos.

Después de varios años de decadencia, el Queen Victoria Building fue restaurado entre 1984 y 1986, para convertirse en un lujoso centro comercial con tiendas de marcas reconocidas. Atento con sus bellísimas vidrieras de colores y sus dos relojes, uno de los cuales se activa cada hora mostrando seis escenas de la realeza inglesa.

Descubre los principales lugares del centro histórico de Sydney con un guía gratuito y en español.

455 George Street
 Lunes a viernes: 9:00 a 18:00 horas (jueves cierra a las 21:00 horas) / Sábado: 10:00 a 16:00 horas / Domingo: 11:00 a 16:00 horas.
 https://www.qvb.com.au

Por último, cruzando Druitt Street está otro precioso edificio de estilo Segundo Imperio Victoriano. El edificio del Ayuntamiento, que se construyó en la década de 1880 (en el lugar de un antiguo cementerio) es hoy el único edificio no religioso de la ciudad que mantiene su función e interior original, donde se hallan la Cámara del Ayuntamiento de Sydney, salas de recepción, el Centennial Hall y las oficinas del alcalde y los concejales.

CIRCULAR QUAY

Siguiendo por Pitt Street hacia el norte llegamos a Circular Quay, uno de los lugares más turísticos de la ciudad, lleno de paseos peatonales junto al mar, centros comerciales, parques y restoranes. Además, hay un terminal desde donde, durante todo el día, zarpan ferries que conectan la ciudad con los suburbios. Es también el principal centro de transporte para taxis acuáticos, cruceros, autobuses, trenes y taxis.

Fue aquí donde me empecé a enamorar de Sydney. Es que se trata de un lugar vibrante, lleno de gente haciendo deporte, disfrutando de la tibia brisa marina o contemplando la famosísima postal con la Ópera y el imponente Puente de la Bahía. Es aquí donde comencé a entender por qué Sydney es una de las mejores ciudades para vivir en el mundo o por qué los Juegos Olímpicos llegaron a la ciudad el 2000.

Y es que los sidneyeses aprovechan su ciudad, la viven en cada uno de sus espacios. Y me imagino que esto será propio de una sociedad desarrollada, porque no me refiero solo a la limpieza y el orden con el que funcionan las cosas. Me refiero a un lugar donde la jornada laboral permite tomarse estas licencias y existe la cultura de disfrutar la ciudad. Salir a trotar antes de ir al trabajo o tomarse una cerveza con los amigos antes de volver a casa en la tarde, son cosas que a nosotros nos parecen extrañas y algo lejanas, pero que para los australianos, son pan de cada día.

Sin embargo, no es raro sentirse uno más en este escenario. Y eso es lo que fascina de Sydney. Que no te sientes un extraño, que la ciudad te acoge y que puedes gozar de ella como uno más.

THE ROCKS

En fin, entre fotos y más fotos de la Ópera y el Puente, el hambre comenzó a hacer de las suyas, así que caminamos hacia “The Rocks”, el barrio más antiguo de Sydney, donde hace poco más de doscientos años arribó la primera flota de prisioneros enviada por el gobierno británico, ante la imposibilidad de llevarlos a las antiguas colonias norteamericanas, que acababan de obtener la independencia.

Pasear por este barrio es como retroceder hasta comienzos del siglo XIX. Sus calles adoquinadas y antiguas residencias, mantienen su encanto colonial. Y la guinda de la torta la pone el mercado que todos los fines de semana llena de bullicio y alegría sus calles, con pequeños puestos en los que puedes encontrar antigüedades, artesanías, joyas, cuadros, además de frutas y verduras.

No obstante, el encanto está en perderse por sus laberínticas y empinadas calles, y curiosear en las numerosas galerías de arte, locales de música en vivo y restaurantes de moda que dan al barrio un ambiente muy bohemio. Y fue el exquisito olor de la carne el que nos llevó a “Ribs & Burgers”, un local donde como muchos en Sydney, pides en el mesón y te llevan el pedido a la mesa. Unas hamburguesas con tocino y papas fritas servidas en un baldecito metálico, de las mejores que hayamos probado jamás. Lo recuerdo y se me hace agua la boca. ¡Imperdible!

SYDNEY HARBOUR BRIDGE

Con la “guatita llena y el corazón contento”, seguimos nuestro camino con la intención de cruzar el Puente de la Bahía, que con sus 1149 metros de largo, atraviesa la bahía de Sydney, conectando el centro financiero de la ciudad con la costa norte, una zona de carácter residencial y comercial.

Vamos con un poco de historia. Ya en 1815, se propuso construir un puente desde el norte hasta la orilla sur del puerto. Sin embargo, hubo muchas propuestas que nunca se concretaron, por considerarse inadecuadas.

Un siglo después, en 1914, el Ingeniero Jefe del Sydney Harbour Bridge John Bradfield, planteó un puente voladizo, sin embargo, el Consejo Legislativo rechazó la propuesta para destinar los dineros a la guerra. Pero después de la Primera Guerra Mundial, los planes para construir el puente tuvieron un nuevo el impulso, por lo que Bradfield viajó al extranjero para conocer otros puentes, decidiendo que un diseño de arco sería el más adecuado.

La construcción del Puente de la Bahía comenzó en 1924, para ser inaugurado oficialmente el 19 de marzo de 1932 con un particular episodio: antes de que el Primer Ministro de Nueva Gales del Sur John ‘Jack’ T. Lang, pudiera cortar la cinta para significar la apertura, el Capitán Francis De Groot, la cortó con su espada, pues creía que la única persona que debía abrir el puente debía ser un miembro de la familia real. Finalmente, el capitán De Groot fue detenido, la cinta unida, y el primer ministro pudo cortar oficialmente la cinta.

A mitad de camino, la fuerza del viento hizo que decidiéramos volver y de paso, preguntar en Bridgeclimb por los tours que hacen escalada al arco del puente, a una altura de 134 metros. Sin embargo, el costo por persona era de casi 200 dólares y no quedaban cupos para ese día, por lo que seguimos nuestro camino de regreso a Circular Quay. Mi recomendación es que si tienes el dinero y las ganas, te animes a disfrutar la experiencia.

Sabías que la construcción del puente empleó a 1.400 hombres durante ocho años y que se utilizaron seis millones de remaches y 53.000 toneladas de acero.

Atrévete a escalar el Puente de la Bahía y disfruta de una experiencia única y llena de aventura.

Bridgeclimb Sydney: 3 Cumberland Street, The Rocks
 Lunes a domingo: 8:00 a 23:00 horas
 Ver precios en: https://www.bridgeclimb.com/prices/
 https://www.bridgeclimb.com

SYDNEY OPERA HOUSE

Ya cerca de la Ópera de Sydney, una intensa lluvia nos sorprendió, empapándonos por completo. Ante la imposibilidad de encontrar un lugar para guarecernos y secarnos, se nos ocurrió entrar a la Ópera y hacer el tour para conocerla por dentro.

Luego de comprar nuestras entradas y esperar a que nuestro grupo se completara para iniciar el recorrido, partimos el tour en el que nos fueron contando la historia de uno de los edificios más famosos e icónicos del siglo XX.

La idea de construir un teatro de ópera en Sydney comenzó a concretarse en la década de los 40, cuando Eugene Goossens, director del Conservatorio de Música sostuvo que la ciudad necesitaba contar con un lugar conveniente para las grandes producciones de teatro, logrando el apoyo del primer ministro del estado, Joseph Cahill, quien solicitó diseños para su construcción.

El concurso para el diseño del edificio se inició el 13 de septiembre de 1955 y recibió un total de 233 proyectos provenientes de 32 países, resultando vencedor el proyecto del arquitecto danés Jørn Utzon, quien llegó a Sydney en 1957 para supervisar el proyecto de construcción del edificio, la que comenzó dos años después.

El proyecto fue ejecutado en tres etapas: la etapa I (1959–1963) que consistió en construir el podio superior; la etapa II (1963–1967) que trató de la construcción de las bóvedas externas; y la etapa III (1967–1973) en la que se planificó el diseño interior y su construcción.

Durante la segunda etapa, el equipo de diseño barajó por lo menos doce diferentes formas para construir las bóvedas antes de hallar una solución, hasta que a mediados de 1961, se encontró una respuestas al problema: todas las bóvedas serían creadas como secciones de una esfera, como una naranja que se separa en gajos.

En 1965, un cambio de gobierno en el estado de Nueva Gales, modificó los equipos a cargo del proyecto, lo que causó la dimisión de Utzon, razón por la cual el proyecto tuvo cuatro cambios significativos: el podio, que no debía ser originalmente una llanura abierta al mar,  se hizo abierto; ​la construcción de las cristaleras; el uso de las salas (la sala principal se destinó finalmente a sala exclusiva de conciertos, mientras que la sala menor quedó destinada tanto para la representación de ópera como de teatro); y el diseño del interior.

El edificio fue terminado en 1973, alcanzando un costo de 102 millones de dólares. El 20 de octubre, la Ópera de Sydney fue inaugurada de manera oficial por la Reina Isabel II, en su condición de Reina de Australia, junto con el Duque de Edimburgo. La ceremonia de inauguración contó con la presencia de miles de personas y estuvo compuesta por fuegos artificiales y una representación de la Sinfonía Nº9 de Beethoven.

La Ópera de Sydney cuenta con cinco teatros, siendo el más impresionante el Concert Hall o Sala de Conciertos, con capacidad de 2.679 asientos y en el que se encuentra el órgano mecánico más grande del mundo, con unos 10.000 tubos. Pero además, hay cinco estudios de ensayos, cuatro restoranes, seis bares y numerosas tiendas de recuerdos.

Una curiosidad es que sus cáscaras están recubiertas con 1.056.006 azulejos de colores blanco brillante y crema mate, formando un tenue patrón en “V” invertida.

Sabías que la Ópera de Sydney fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 28 de junio de 2007. Se trata del edificio más moderno del mundo que ha recibido este título y recibe cerca de cuatro millones de turistas anuales.

Conoce los secretos de uno de los edificios más icónicos del mundo con esta visita guiada por la Ópera de Sydney.

Bennelong Point
 Lunes a sábado: 9:00 a 20:30 horas / Domingo: 10:00 a 18:00 horas
Adultos: 42 AUD / Niños de 5 a 15 años: 22 AUD / Niños menores de 5 años: entrada gratuita
 https://www.sydneyoperahouse.com

Luego del tour de una hora, el Sol brillaba nuevamente sobre la bahía, por lo que nos sentamos en uno de los restoranes que están junto a la Ópera, a disfrutar del atardecer acompañados de unas cervezas bien heladas, mientras las gaviotas revoloteaban alrededor.

MARKET CITY

El siguiente día, después de desayunar en el hotel, partimos hacia Haymarket, suburbio ubicado en el extremo sur del CBD y que incluye el Chinatown y la Railway Square.

Aquí entramos al Market City, un precioso edificio de ladrillos que alberga un gran centro comercial con patio de comidas, un supermercado y numerosas tiendas, algunas de marcas internacionales reconocidas, pero sobre todo asiáticas, en las que se pueden encontrar los productos más exóticos, además de las tendencias de los diseñadores asiáticos emergentes.

 9-13 Hay Street
Lunes a domingo: 10:00 a 19:00 horas (Jueves hasta las 20:00 horas)
https://www.marketcity.com.au/



CHINATOWN

Inmediatamente después está Chinatown, que revive la cultura y cocina asiática en tienditas y restoranes, donde aprovechamos de comprar un paraguas, mientras comenzaban a caer las primeras gotitas sobre la ciudad.

El corazón y la parte más antigua del Chinatown es la zona de Dixon Street que está delimitada por dos paifangs, donde los edificios de claro estilo chino albergan muchos de los mejores restoranes del distrito. Sin embargo, el Chinatown se ha ido extendiendo mucho más allá de Dixon Street con la afluencia de inmigrantes del este de Asia que traen consigo estilos y cocinas exóticas. Hoy abarca un área mucho más grande delimitada por George Street en el este y Darling Harbour en el oeste. El área alrededor de Pitt Street y Goulburn Street se conoce como una pequeña ciudad tailandesa, mientras que Koreatown se encuentra alrededor de Pitt Street y Liverpool Street.

Sabías que el Festival del Año Nuevo Chino de Sydney se lleva a cabo en Chinatown durante 3 semanas en febrero y es una de las celebraciones del Año Nuevo Lunar más grandes y espectaculares fuera de Asia.

OLYMPIC PARK

Tras pasear un poco por el centro, llegamos a la Estación Central, donde después de preguntar a unas cuantas personas, pudimos dar con el tren que nos llevaría hasta el Parque Olímpico. Primero un tren hasta la estación Lidcombe y luego, combinar con uno hasta la estación Olympic Park.

Al empezar a caminar pude notar que este parque de 640 hectáreas fue diseñado para recibir muchas de las competiciones además de la villa olímpica, donde alojaron los deportistas de las 199 delegaciones que participaron en los Juegos. Un concepto muy distinto al de otras “ciudades olímpicas” en las que las instalaciones se dividen en varios sectores.

Y es que tras derrotar a las ciudades de Beijing, Berlín, Estambul y Manchester en la elección de la sede de los Juegos Olímpicos, los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, oficialmente conocidos como los Juegos de la XXVII Olimpiada, se celebraron entre el 15 de septiembre y el 1 de octubre de 2000.

El Parque Olímpico de Sydney fue construido para la realización de los Juegos Olímpicos y dentro de él se encuentran el ANZ Stadium, el Centro Acuático Internacional de Sydney, el Sydney SuperDome y The Dome, y el NSW Tennis Centre. Actualmente, el parque acoge la mayoría de los eventos deportivos y culturales de la ciudad.

Aquí visitamos el ANZ Stadium, donde se realizaron las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas, además de las competiciones de atletismo y la final de fútbol. Fue construido con el nombre de “Stadium Australia” para recibir los Juegos Olímpicos e inaugurado en marzo de 1999. Es el segundo estadio más grande de Australia y puede recibir a 84.000 espectadores.

 Edwin Flack Ave, Sydney Olympic Park
 Lunes a viernes: 9:00 a 17:00 horas
 Revisa los diferentes tour y precios en: http://www.anzstadium.com.au/the-stadium/stadium-tours/
 http://www.anzstadium.com.au

Después entramos al Sydney International Aquatic Centre, que fue sede de la natación, buceo, natación sincronizada, los eventos de medallas para el waterpolo y algunas competencias de pentatlón moderno.

Tiene una capacidad para 17.000 personas y la gracia es que hoy es utilizado para todo tipo de competiciones deportivas y está abierto al público. De hecho, nos quedamos harto rato mirando un campeonato estudiantil de natación que tenía al lugar repleto de padres alentando a sus hijos. Maravilloso ver cómo se aprovecha el legado de los Juegos Olímpicos.

 Olympic Blvd, Sydney Olympic Park
 Abril a septiembre: Lunes a viernes: 5:00 a 21:00 horas / Sábado y domingo: 6:00 a 19:00 horas / Octubre a marzo: Lunes a viernes: 5:00 a 21:00 horas / Sábado y domingo: 6:00 a 20:00 horas
Adultos: 8,30 AUD / Niños de 4 a 15 años: 6,30 AUD / Espectadores y no nadadores: 4,50 AUD
 https://www.aquaticcentre.com.au

HYDE PARK

Tomamos el tren de regreso mientras llovía intensamente otra vez. De vuelta en la ciudad, fuimos hacia Hyde Park, el parque público más antiguo de Australia y que en sus 16 hectáreas tiene a la fuente de Archibald como pieza central. La fuente fue diseñada por François-Léon Sicard y donada por J.F. Archibald en 1932 en honor a la contribución de Australia a la Primera Guerra Mundial en Francia.

En el extremo sur del parque está el Memorial de la Guerra de ANZAC, que fue construido como un monumento a los hombres australianos caídos en la Primera Guerra Mundial.

SAINT MARY’S CATHEDRAL

Al costado este del parque, sobre College Street, se puede ver la Saint Mary’s Metropolitan Cathedral, catedral de la Arquidiócesis de Sydney, que tiene el título de basílica menor, otorgado por el papa Pío XI en 1930. Es la iglesia más grande de Australia y en 2008, se convirtió en el punto de encuentro para la Jornada Mundial de la Juventud que contó con la visita del papa Benedicto XVI.

La historia de la iglesia comienza en 1821, cuando el gobernador Lachlan Macquarie colocó la primera piedra de la primera capilla, la que fue destruida por un incendio la noche del 29 de junio de 1865. Fue así como se iniciaron los planes para la construcción de una catedral nueva y más grande. Las obras partieron en 1865, completándose en tres etapas: la sección norte en 1882, la torre central en 1900 y la nave en 1928, un total de 60 años.

La Catedral de Saint Mary tiene 107 metros de largo y la torre central es de 46,3 metros. Las agujas se elevan hasta los 74,6 metros de altura.

Sabías que el diseño original de las torres de la catedral incluía agujas, las que recién fueron terminadas en agosto de 2000, 135 años después de iniciada la construcción.
2 St Marys Road
Lunes a viernes: 6:30 a 18:30 horas / Sábado y domingo: 6:30 a 19:00 horas
Entrada gratuita
https://www.stmaryscathedral.org.au/

ROYAL BOTANIC GARDEN

Detrás de la Catedral está la entrada al Royal Botanic Garden, el que fue fundado en 1816 por el Gobernador Macquarie y cuya larga trayectoria de colecciones y estudios de plantas comenzaron con el nombramiento del primer botánico colonial, Charles Fraser, en 1817.

Con una superficie de 30 hectáreas, el Jardín Botánico alberga cerca de 9 mil especies de plantas, incluidos eucaliptos y árboles de goma antiguos, así como descendientes del pino Wollemi de 200 millones de años. Se trata de un maravilloso oasis en el cual disfrutar de la fauna y la flora, pues aquí se pueden encontrar plantas de todo el mundo, como el jardín de begonias, el de camelias o el herbario. También hay un jardín de plantas raras y amenazadas para instruir a los visitantes sobre las acciones que pueden tomar para salvarlas, y un jardín oriental con especies de China, Japón, Tailandia, Vietnam, Corea y Bután.

Pero además, los jardines también están llenos de esculturas, desde estatuas históricas hasta obras modernas de Bronwyn Oliver, Paul Selwood y Keld Moseholm.

Sabías que en el interior del Royal Botanic Garden se encuentra el edificio de la Art Gallery of New South Wales (AGNSW), la galería pública más importante de Sydney y una de las más grandes de Australia.
 Mrs Macquaries Road
 Octubre: 7:00 a 19:30 horas / Noviembre a febrero: 7:00 a 20:00 horas / Marzo: 7:00 a 18:30 horas / Abril y septiembre: 7:00 a 18:00 horas / Mayo y agosto: 7:00 a 17:30 horas / Junio y julio: 7:00 a 17:00 horas
Entrada gratuita
 https://www.rbgsyd.nsw.gov.au

Lamentablemente, la lluvia comenzó una vez más, por lo que tuvimos que apurar el tranco en dirección a la Ópera, momento en el que nos encontramos con una pareja de argentinos que nos contaron su experiencia en el sudeste asiático. Antes de despedirnos, les recomendamos hacer el tour de la Ópera para zafar del aguacero que no cesaba.

Nosotros nos sentamos en uno de los cafés de Circular Quay. Una taza de chocolate caliente nos sirvió para pasar el frío mientras esperábamos que la lluvia amainara, lapso en el que un transatlántico arribó al puerto. Nuevamente sentí el amor por esta ciudad. Y es que no puedo describirles el placer de estar sentado ahí observando a la gente pasar mientras oscurecía y las luces de los edificios, el puente y los barcos, iban encendiéndose tímidamente para dar paso a la noche. No sé cuánto tiempo estuvimos ahí, pero hubiese querido que fuera una eternidad.

Con las maletas cargadas de aventuras en nuestro viaje de un mes al sudeste asiático, regresamos a Sydney desde Bali. Esta vez, el hotel escogido para pasar nuestra última noche fue el Devere Hotel, en Elizabeth Bay.



MRS MACQUARIE’S CHAIR

Este nuevo día en la ciudad, el Sol nos acompañó, por lo que decidimos volver al Royal Botanic Garden para aprovechar de tomar fotografías y caminar a Mrs Macquarie’s Chair, punto desde donde se obtienen las mejores panorámicas de la Ópera y el Puente de la Bahía.

Y es que Mrs Macquarie Chair es un hito en Sydney. La “silla” fue tallada a mano en una roca por convictos en 1810, especialmente encargada para Elizabeth, la esposa del general de división Lachlan Macquarie, gobernador de Nueva Gales del Sur de 1810 a 1821. A la Sra. Macquarie le encantaba pasear junto al puerto y éste lugar era su lugar favorito para relajarse. Dicen que solía sentarse en la roca y observar los barcos de Gran Bretaña que navegaban hacia el puerto.

MANLY BEACH

En Circular Quay tomamos un ferry a Manly Beach, una de las playas cercanas a la ciudad más populares de Sydney, y que recibió su nombre en 1788, por parte del Capitán Arthur Phillip, el primer gobernador de Nueva Gales del Sur, quien había quedado impresionado con “la confianza y el comportamiento viril” (en inglés, “manly” significa “viril”) de los aborígenes de la zona.

Existen dos tipos de ferries a Manly: el público, que demora 30 minutos; y dos servicios privados (también llamados “ferries rápidos”) en los que el viaje dura 18 minutos. Aquí disfrutamos de la playa y almorzamos en “Guzmán y Gómez”, un restorán mexicano con varios locales en la ciudad, donde comimos unos maravillosos nachos con frijoles negros, queso Jack australiano, guacamole y pico de gallo; además de unos exquisitos burritos.

Sabías que el primer campeonato mundial de surf se celebró en Manly Beach en 1964.

Una última pasada por la que es la postal típica de Sydney y volver a donde partimos: “Ribs & Burgers”. Y pese a que ya estaban cerrando, pudimos alcanzar a pedir nuestra hamburguesa con tocino y las papas fritas en el baldecito metálico que tanto nos enamoraron.

De Sydney me llevé los mejores recuerdos. Y es que esta ciudad, fundada a fines del siglo XVIII, y que toma su nombre de Thomas Townshend, Lord Sydney, en aquel entonces Ministro de Interior británico; superó mis expectativas con creces.

Sydney es una gran ciudad. Lo dice su historia, su cultura y su gente. Fundada en 1788 por Arthur Phillip, fue el asentamiento de la primera colonia británica en Australia y años más tarde, primer punto de llegada para miles de inmigrantes atraídos por la fiebre del oro del año 1851.

La llegada de la Revolución industrial significó la industrialización de la ciudad, que para inicios del siglo XX sobrepasó el millón de habitantes. Hoy, Sydney es la ciudad más grande y poblada de Australia y Oceanía, con una población en su área metropolitana cercana a los 5 millones. Y como si fuera poco, está catalogada como una de las 15 ciudades más visitadas del mundo.

MAPA

CLIMA

Sydney tiene un clima soleado de estilo mediterráneo durante todo el año, donde los veranos son tibios a calurosos y los inviernos templados, con precipitaciones que se distribuyen uniformemente durante el año.

En verano (diciembre a febrero), la temperatura máxima promedio es de aproximadamente 26°C y una humedad promedio del 65%, lo que permite disfrutar de la vida al aire libre. En esta época, Australia está de vacaciones y muchas personas visitan las playas. En verano también se pueden apreciar los fuegos artificiales en el Puente del Puerto de Sydney durante el Festival de Año Nuevo, el inicio de la Regata Sydney-Hobart y las celebraciones del Día de Australia en el Puerto de Sydney.

En otoño (marzo a mayo) aún está templado y es una de las épocas más agradables para visitar la ciudad, ya que la humedad es baja. El Sydney Royal Easter Show se realiza en marzo y abril. El colorido Festival de Sydney y el desfile Mardi Gras de Sydney también tienen lugar en marzo.

El invierno (junio a agosto) presenta los meses más fríos, aunque las temperaturas de día rara vez son inferiores a 7°C. La temporada de avistamiento de ballenas en la costa este de Nueva Gales del Sur se extiende de mayo a noviembre, por lo que un buen panorama es tomar uno de los cruceros que zarpan desde Circular Quay.

Sydney cobra vida en primavera (septiembre a noviembre), cuando los días son más cálidos y la humedad no es tan alta como en verano. La media de temperaturas diarias varía entre 11 y 23°C.

 ¿CUÁNTOS DÍAS ESTAR?

Tres días son más que suficientes para conocer Sydney. Dos días para recorrer la ciudad y visitar sus principales atracciones como el Puente de la Bahía, la Ópera, The Rocks, Royal Botanic Gardens; y otro día para ir a Blue Mountains en las afueras de la ciudad, donde se puede disfrutar de la flora y fauna australiana, incluidos canguros y koalas.

Ahora bien, si además te gustan las playas, agrega un cuarto día para al menos, visitar las más populares como Bondi y Manly.

ALOJAMIENTO

Sydney es una de las ciudades más visitadas por los turistas a nivel mundial gracias a sus playas y sus icónicos atractivos, como el Harbour Bridge y la Ópera de Sydney. Y aunque se trata de una ciudad enorme, que cuenta con muchos tipos de transporte que hacen que recorrerla no resulte una tarea complicada, es muy importante escoger bien dónde alojarse.

CBD (Central Business District): Es el distrito financiero de Sydney y la zona más práctica donde alojarse, ya que es donde se concentra la mayor oferta hotelera de la ciudad y donde se tienen todas las facilidades del mundo, desde supermercados y restoranes hasta centros comerciales. Además, es una zona muy bien conectada por el transporte público, por lo que no te faltarán paradas.

The Rocks: Este barrio histórico conserva sus edificios coloniales de piedra y está lleno de restoranes y comercio. Además, tiene una ubicación privilegiada, al lado de la Ópera de Sydney y el puerto. Los fines de semana acoge un mercadillo de artesanías. Lo malo es que hay muy pocos hoteles y la mayoría son de lujo.

Darling Harbour: Es un sector más orientado al turismo, con muchísimas tiendas, restoranes y lugares para el ocio, como el acuario, los cines Imax, el Museo Marítimo de Australia y el casino The Star. Por su ubicación, los precios son algo más caros, pero vale la pena, ya que estás a unos pasos del centro.

Newtown y Surry Hills: A unos 15 minutos en tren del centro, estos barrios son perfectos para alojarse si no cuentas con mucho presupuesto. Cerca está la Universidad de Sydney, así que hay mil opciones para salir a comer o tomar algo sin gastar mucho.

Bondi: Es la playa más famosa de Sydney, llena de restoranes y bares. Si quieres plena tranquilidad por las noches no es lo recomendable, ya que se llena de turistas y mochileros con ganas de pasarlo bien. Lo negativo es el transporte hacia el centro de la ciudad, ya que no hay tren hasta acá y los buses tardan unos 40 minutos.

TRANSPORTE

OPAL CARD

Para utilizar el transporte público de Sydney, lo mejor es contar con la tarjeta Opal Card, con la cual es posible moverse por toda la ciudad y alrededores en autobuses, ferries, trenes y light rail. Por lo tanto, si vas a efectuar más de un viaje en transporte público te conviene adquirir una tarjeta Opal.

La Opal Card es gratis haciendo una primera recarga de 20 AUD. Luego, puedes hacer recargas mínimas de 10 AUD, de los que se irán descontando los viajes que realices. Puedes comprarla en el aeropuerto o en los Opal Kiosks situados en las estaciones de tren, convenience stores y negocios como 7 Eleven o News Agencies (generalmente tienen un aviso en sus cristales exteriores con el logo de Opal)

Con esta tarjeta el precio no se realiza por trayecto o ruta definida, sino que se aplica por kilometraje. Existe una versión de esta tarjeta para un único viaje, llamada Opal single trip ticket, pero el trayecto sale bastante más caro.

 TREN

Prácticamente todas las líneas de la red de trenes funcionan desde las 4 de la mañana hasta la medianoche.

Un dato importante que hay que tener en cuenta es que el precio del tren varía en función de la hora. Por ejemplo, fuera de la hora punta se aplica un 30% de descuento en el precio del trayecto. Se consideran “hora punta” de 7 a 9 de la mañana, y de 4 a 6:30 de la tarde, de lunes a viernes.

Además, el costo del viaje se calcula en función de la distancia recorrida. Si quieres saber de antemano cuanto te va a costar un recorrido concreto, puedes utilizar esta calculadora de tarifas específica para los trenes de Sydney: http://www.sydneytrains.info/tickets/fare_calculator

AUTOBUSES

La red de autobuses urbanos ofrece servicios que recorren toda la ciudad y las diferentes líneas funcionan con una frecuencia muy alta.

En concreto, el Metrobus de Sydney, que es como se llama la red de buses urbanos, cuenta con 13 líneas que funcionan todos los días de la semana, con una frecuencia de aproximadamente cada 10 minutos (unos 20 durante el fin de semana).

Los autobuses urbanos funcionan desde las 4:30 de la mañana a las 12 de la noche. Fuera de esa franja funciona un servicio de autobuses nocturnos, los NightRide buses, que pasan con menor frecuencia.

El precio de los autobuses dependerá de la distancia recorrida. Puedes encontrar más información en: https://transportnsw.info 

TRANVÍA

El Light Rail es el servicio de tranvías de Sydney y conecta dos zonas del centro de la ciudad.

La zona 1 comprende Central Station, Capitol Square, Paddy’s Market, Exhibition Centre y Convention; y la zona 2 abarca Pyrmont Bay, The Star, John Street Square, Sydney Fish Market, Wentworth Park, Glebe, Jubilee Park, Rozelle Bay y Lilyfeld.

El tranvía sale cada 15 minutos desde Central Station, y funciona desde las 6 de la mañana hasta las 11 de la noche de lunes a jueves. Los viernes y sábados el servicio comienza a la misma hora, pero se alarga hasta las 12 de la noche.

 FERRY

El servicio de ferries de Sydney recorre el famoso puerto de la ciudad y lo conecta con el resto de zonas que circundan el Sydney Harbour.

El punto de salida principal es la terminal de Circular Quay. Desde ahí se puede llegar al Taronga Zoo y otras áreas de los suburbios de la ciudad. Puedes consultar los trayectos y horarios de los ferries en: http://www.beyondthewharf.com.au/landing/

INFORMACIÓN PRÁCTICA

Puedes utilizar el Trip Planner para organizar tu recorrido en transporte público, que es súper útil y fácil de usar. Basta con que pongas el punto de partida y el destino al que quieres llegar y el planificador te devolverá las posibles rutas con información como el costo que tendrá tu viaje o la duración total del trayecto.

En el itinerario se especifica si tienes que andar, cuánto y por dónde; qué transporte/s debes tomar, incluyendo varios si necesitas realizar trasbordos o si te toca combinar autobuses y ferry.

CONSEJOS

  • Los hoteles y restaurantes no añaden un cargo por servicio en la cuenta. En los restaurantes es habitual dejar a los camareros una propina del 10% de la cuenta por un buen servicio. El regateo no es una práctica habitual en Australia.
  • La corriente eléctrica en Australia oscila entre los 220 y 240 voltios y las tomas de corriente tienen tres clavijas (de forma plana), por lo que no olvides llevar un adaptador.
  • En Australia, como buena ex-colonia del Reino Unido, se conduce por la izquierda, por lo que no debes olvidar mirar a la derecha cuando cruces una calle. O a los dos lados, que toda precaución es poca.

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